8 de mayo, 2019
No sé qué haríamos sin nuestro helicóptero; y lo digo literalmente. No hay carreteras que vayan hasta nuestro sitio en la selva; no tenemos carreteras que lleven a ningún lugar, ni siquiera CERCA de nuestro sitio en la selva. Sin nuestro helicóptero y las personas que lo mantienen y lo pilotan, no estoy seguro de que podríamos trabajar entre los iskianos.
Esta realidad no es exclusiva de nuestro sitio específico. La gran mayoría de nuestros colegas misioneros que están dedicados a llevar el Evangelio a los no alcanzados, están exactamente en la misma situación difícil que nosotros. Sin un helicóptero o un avión no podrían transportar a sus familias ni sus suministros hasta sus sitios remotos; los grupos étnicos con los que trabajan serían inaccesibles. Sin la aviación, ellos no podrían llevar el Evangelio a los no alcanzados.
Hemos tomado una capacitación especializada de cuatro años para poder hacer lo que hacemos (dos años de Escuela Bíblica + dos años de preparación misionera). Dejamos nuestro país y nos trasladamos a Papúa Nueva Guinea (PNG) con el fin de poder participar en la labor de llevar las buenas nuevas de Cristo en el idioma del corazón [la lengua materna] de personas que nunca han tenido la oportunidad de oírlas. Tenemos un grupo grande de individuos e iglesias que oran y dan para que podamos hacer esto.
Pero si no tuviéramos nuestros aviones, nuestros pilotos y nuestros grupos de mantenimiento, nada de lo anterior serviría. No es posible llevar el Evangelio a personas a las que no puedes llegar.
Menciono esto porque creo que esta realidad a veces es pasada por alto u olvidada por aquellos que no están íntimamente involucrados en la logística de nuestro trabajo. En muchos casos el acceso de un grupo étnico al Evangelio depende directamente del acceso de los misioneros a un programa de vuelos; y los programas de vuelos no son baratos.
Con esto en mente, me gustaría presentarles dos oportunidades para participar en el extendimiento del alcance del Evangelio mediante sus oraciones:
Jared Kresge – Jared y yo asistimos a la Escuela Bíblica juntos; incluso tuve el privilegio de asistir a su boda. Él y su familia sirven en el programa de aviación en el Pacífico Asiático. Muchos de los grupos étnicos con los que ellos trabajan son similares a aquellos con los que nosotros trabajamos, y no tienen acceso para aviones de ala fija ni por carretera. Debido a eso, su programa de aviación le ha pedido a Jared que pase de piloto de avión de ala fija a piloto de helicóptero.
Él está de vuelta en Estados Unidos ahora, recibiendo la capacitación requerida, pero los costos de tiempo de vuelo sobrepasan su presupuesto regular de apoyo. Actualmente solo cuenta con los fondos para pagar la cuarta parte de la capacitación que necesitará para ser aprobado. Jared es un gran trabajador y una persona que tiene éxito. Realmente parecería injusto (para él, Y para los plantadores de iglesias a los que él va a servir) si no logra avanzar en su capacitación debido a la falta de fondos.
Nathaniel & Danielle Shrift – Esta es la hermana de Rochelle con su esposo Nathaniel. Ellos también están con Ethnos360, sirviendo en Brasil. Sin duda ellos son una pareja muy chévere; regresarán para su segundo periodo de servicio dentro de unos meses, y necesitan hacer unos cambios en el plan de vuelos de suministros de su equipo en el sitio de la selva.
Básicamente, su equipo solo estaba sobreviviendo con los vuelos de suministros que estaban recibiendo antes, así que, por la continuidad de la obra (es decir, la salud de los misioneros), necesitan poner más vuelos en la lista.
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