12 de noviembre, 2018

Estamos pasando por una mala racha de aventuras en los viajes; me hace darme cuenta de lo muy bendecidos que hemos sido antes, pues las cosas nos han salido muy bien en los aeropuertos y los viajes en avión, incluso con algunos de los pequeños vuelos locales que terminábamos tomando. Los asientos del avión podían estar rotos, pero llegábamos a nuestro destino, e incluso, por lo general, llegábamos a tiempo. Sin embargo, en los últimos meses, todos los vuelos que hemos tomado han tenido problemas.
- Comenzó con una maleta perdida al regresar de Turquía, que nunca se ha encontrado.
- Luego mi aventura en Liberia que causó la pérdida de un vuelo.
- Luego el vuelo de Joel a Guinea fue cancelado porque accidentalmente cortaron un cable mientras cargaban el equipaje en el avión.
- El personal de seguridad de su siguiente vuelo sacó las baterías de su linterna porque la imagen de las cosas que no podían dejar pasar incluía la batería de un carro.
- En nuestro último viaje a Burkina, justo cuando estábamos entrando al avión, el personal de seguridad vino por Joel y desaparecieron con él durante veinte minutos, mientras yo me quedé sentada en el avión con los niños, preguntándome qué estaba sucediendo.
Ayer llegué al aeropuerto para tomar mi vuelo a Guinea. Iba a volar con una aerolínea importante, así que no esperaba problemas. No estaban registrando en el mostrador abierto; le pregunté a un trabajador del aeropuerto si había otra aerolínea y él dijo que ellos habían suspendido ese vuelo hacía una semana. Bueno, eso era complicado porque yo tenía un boleto para el vuelo. No había personal de la aerolínea ya que ellos solo vienen cuando hay un vuelo; no había manera de llamar pues ellos no tienen oficina en Dakar. El vuelo aparecía en las pantallas del aeropuerto y podía ver que el vuelo todavía estaba en línea. Finalmente apareció alguien de la aerolínea y me informó que las autoridades de nuestro país de ministerio (Senegal) ya no les permiten recoger pasajeros aquí. Los vuelos todavía hacen escala y dejan pasajeros y luego continúan hacia Guinea, pero no pueden recoger pasajeros porque nuestro país quiere iniciar sus propios vuelos allí. Sin embargo, ese vuelo no estaba programado sino para dentro de unas semanas.
–¡¿Eh?! ¡¿Y ahora qué?! ¿Por qué no me enviaron un correo electrónico? –¡Quién sabe y ni intente preguntar! –¿Qué debo hacer para que me hagan un reembolso? –Llame a alguien más tarde y coméntele el problema porque eso está fuera de mi alcance. –¿Cómo puedo ir a Guinea? –Bueno, hay otros que vuelan allí, pero tendrás que preguntarle a cada uno cuándo vuela.
Nuevamente, el problema es que este aeropuerto solo tiene personal cuando las aerolíneas tienen un vuelo; por lo tanto, solo el veinticinco por ciento de las aerolíneas aún estaban allí. La internet era tan lenta como el acceso telefónico, así que registrarse de esa manera era difícil, incluso no todos ellos tienen un sitio web.
Bueno, aquí está la gracia de Dios en mi historia: Al hacer una lluvia de ideas surgió el nombre de una aerolínea y justo en ese momento Joel estaba abordando un vuelo con ellos, ya que él iba a viajar a una región diferente en la que trabajamos. Corrí hasta el estand de ellos porque sabía que el avión estaba siendo abordado, por lo que pronto se cerraría. Él empleado de la aerolínea estaba a punto de marcharse, pero le pregunté si tenían un vuelo y, efectivamente, había uno al día siguiente, y sí, había cabida. Nadie acepta tarjetas de crédito, pero había un cajero automático; saqué dinero y pagué e incluso él me hizo un descuento (pero luego me pidió una propina para el transporte hasta su casa ).
Entonces aquí estoy hoy, haciendo otro intento. Dándome cuenta una vez más de que aquí solo se vive para el momento; todavía no manejo bien el estrés de situaciones como esta, pero a pesar de eso, por la gracia de Dios, termino superándolo.
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