21 de noviembre, 2018
Hace unas semanas terminamos la enseñanza de la Etapa 1 (desde la Creación hasta Cristo) en nuestro esfuerzo de evangelización local. Cuando digo “nuestro”, me refiero a los veinte hombres de la etnia pal que manejaron toda la enseñanza de este esfuerzo de evangelización. En fin, terminamos la Etapa 1 hablando sobre el fin de los tiempos –cuando Cristo volverá, juzgará al mundo y renovará todas las cosas. Al hablar sobre el fin de los tiempos, una parte se dedicó a la enseñanza de que Dios va a derramar su ira sobre el mundo, y leímos algunas Escrituras parafraseadas de Apocalipsis sobre las plagas con las que Dios va a castigar a la humanidad. Cuando terminó la lección, comenzó a llover y, por lo tanto, dudamos en dispersarnos. (Cuando aquí llueve, nadie detiene su carro frente a la puerta). Aproximadamente un centenar de nosotros nos apiñamos dentro de la estructura de la iglesia, tratando de mantenernos secos y calientes; entonces el mundo explotó; cayó un rayo. El destello de luz y el estruendo acompañante nos asaltaron simultáneamente.
Antes de mudarnos a la selva de PNG, nunca había tenido esta experiencia de estar directamente debajo de un rayo. Había presenciado algunos rayos que habían caído muy cerca, pero nada comparado con lo que hemos soportado aquí en Pal. Cuando un rayo cae encima de ti –no a medio km de distancia, no a cientos de metros de distancia, sino justo encima de ti– se siente y suena como una explosión de dinamita; o es como imagino que se sentiría y sonaría si estuviera parada junto a una barra de dinamita que explota.
Todos estamos vivos; todos estamos bien; ninguno resultó herido; nada se dañó. Todos tuvimos un buen susto y luego reímos mucho; y ahora es posible que la gente tenga un poco más de temor y respeto al poder del Dios Todopoderoso. Entre las aproximadamente ciento veinte personas que asistieron regularmente a esta Etapa 1, creo que muchas han entendido el mensaje de salvación y han depositado su fe en Jesucristo. Muy pronto comenzaremos a escuchar los testimonios de este grupo y así entenderemos mejor lo que Dios está haciendo en sus vidas. Vamos a enseñar a este grupo la Etapa 2, un tiempo para reforzar la enseñanza de las buenas nuevas de Jesucristo, y un tiempo para hablar sobre a dónde iremos cuando partamos de este mundo. Y pronto invitaremos a los nuevos creyentes a unirse al cuerpo de creyentes que ya está establecido aquí.
Sigan orando por este grupo –por aquellos que acaban de pasar de muerte a vida, y por aquellos cuyos corazones aún están en tinieblas. Oren por los maestros, para que continúen creciendo como hombres de Dios, como maestros, como pastores y como líderes de la iglesia.
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