¿Estómago, pulmones o corazón?
9 de junio, 2018
Hace aproximadamente entre uno y dos meses, vimos una paciente nueva. Llegó donde nosotros quejándose de que sentía que le faltaba el aliento después de haberse intoxicado con comida; también tenía una tos húmeda no productiva con sibilancias. Sus signos vitales eran normales con una presión arterial moderadamente elevada (159/87) y una buena saturación de oxígeno. Siendo que todo había comenzado con una intoxicación con comida, nos preguntamos si todavía tendría problemas gastrointestinales; pero no tenía ninguno. Su apetito era bueno y no presentaba problemas de eliminación. Hhhmmm. Probablemente no persistían los efectos de la intoxicación alimenticia, pero por si acaso…
¿Puedes describir por qué pensaste que fue una intoxicación alimenticia? Ella dijo que sintió dolores y calambres epigástricos fuertes (abdomen medio superior) con sensación de náuseas y debilidad; sin fiebre, diarrea o vómito. Los problemas se resolvieron dentro de veinticuatro horas y desde entonces no había tenido problemas gastrointestinales. Esto había sucedido hacía aproximadamente un mes antes de que nos visitara. No tiene alergias a los medicamentos ni antecedentes médicos significativos. No tiene antecedentes de enfermedades del corazón ni de los pulmones, diabetes, o hipertensión (presión arterial alta). Hhhmmm. Probablemente no es una intoxicación alimenticia, aunque todavía es una posibilidad remota. ¿Qué más podría producirle este dolor y estos síntomas?
Tal vez una neumonía o algo parecido. Sus pulmones emiten crepitaciones en la base derecha y la percusión sobre la zona de los pulmones dio como resultado sonidos mates (pulmones llenos). Su frecuencia cardiaca era regular, sin soplos ni palpitaciones. No presentaba edema en las extremidades o en los espacios intersticiales durante la valoración. La radiografía del pecho mostraba derrames pleurales bilaterales con fluidos, según lo demostrado en las posiciones de pie y recostada, y un corazón muy levemente agrandado. Hhhmmm. Entonces, ¿por qué tenía líquido en sus pulmones? Sospechas habituales: infección y problemas cardiacos; pero no tenía fiebre, y el problema ya tenía más de un mes; ¿será que el dolor era pericarditis?
La ecografía no mostraba cambios en los órganos abdominales (particularmente en el bazo y el hígado) y entre un mínimo y una ausencia total de líquido en el saco pericárdico; entonces no parecía ser pericarditis. Hhhhmmmm. Ya debíamos tener los resultados de laboratorio; ¿qué mostraban?
El trabajo de laboratorio informaba que su función renal y los electrolitos eran normales, proteína total normal, los análisis de función hepática estaban ligeramente elevados, el conteo de células en sangre era normal, incluyendo los glóbulos blancos, y negativo para VIH y para hepatitis B. Sin embargo, su creatinina quinasa MB y su LDH (lactato deshidrogenasa) estaban elevados. Ella negó haber visto algún signo de ictericia inmediatamente después del episodio de la “intoxicación alimenticia”, que a estas alturas no creíamos en absoluto que fuera intoxicación alimenticia. Hhmmm. ¿Encimas cardiacas elevadas?
El electrocardiograma mostraba cambios en varios resultados y se repitió para confirmar los hallazgos. ¡Ah-hah! Al parecer, hacía un mes ella había sufrido un infarto del miocardio (“ataque cardiaco”) y su corazón estaba comenzando a mostrar leves señales de falla: ligeramente agrandado; y líquido en los pulmones causando dificultad respiratoria. Por lo general, las mujeres no muestran los síntomas clásicos del infarto del miocardio que los hombres sí muestran. ¡He oído hablar de mujeres que tuvieron síntomas muy variados y de una persona a la que apenas le dolió su dedo meñique izquierdo! Debido a que sintió el dolor justo debajo de sus costillas inferiores, y como acababa de comer en un restaurante, concluyó que era una intoxicación alimenticia, y como el dolor se había desvanecido con relativa rapidez, supuso que eso había sido todo.
Empezamos a administrarle una aspirina a diario, un nitrato y un diurético para que se sintiera más cómoda, y un inhibidor de la ECA [Enzima Convertidora de Angiotensina] para ayudar a mantener estable su corazón hasta que la viera un cardiólogo. Allí mismo hicimos que su familia la ayudara a organizar los vuelos para el día siguiente hasta la capital y nuestro médico envió los resultados de nuestros estudios hoy, y una remisión para el cardiólogo.
Desde entonces hemos tenido dos citas de control con ella. Donde el cardiólogo también le diagnosticaron tuberculosis y ya está recibiendo un tratamiento de seis meses para esa enfermedad. El cardiólogo también le prescribió varios medicamentos para ayudar a aliviar la carga de trabajo de su corazón y para darle una mayor facilidad para respirar. Nosotros también añadimos tabletas de nitroglicerina en caso de que experimente más dolores en el pecho.
Mientras le daba estas noticias impactantes se notaba que estaba abrumada, pero conservó su dulzura y no dejaba de expresar su agradecimiento porque habíamos encontrado el problema. Estamos muy felices porque ella pudo ir directamente al cardiólogo y porque comenzó el tratamiento apropiado que ayudará a prolongar su vida un poco. ¡Gracias al Señor por los médicos!
Corazones grandes
9 de junio, 2018
A veces la clínica médica parece tener un tema por un tiempo con varios de nuestros pacientes que llegan con problemas similares.
Aquí últimamente uno de los temas parece ser el cardiaco. (Véase el artículo anterior ¿Estómago, pulmones o corazón? sobre otro de estos pacientes).
La semana pasada tuvimos la visita de un paciente que habíamos visto por última vez hacía aproximadamente un año, cuando recibió el diagnóstico de insuficiencia cardiaca en su última etapa. En aquel tiempo, la radiografía mostraba que su corazón se había agrandado hasta el punto de casi llenar todo su pecho, limitando la capacidad de sus pulmones. Él vino la semana pasada con una úlcera en su pierna que no sanaba. Aunque tratamos la herida, le explicamos que con su mala circulación por causa de su corazón moribundo, era probable que no cerrara. Su única esperanza era un trasplante de corazón que, hasta donde sabemos, no existe en este país.
La enfermera que lo atendía podía ver que él no estaba lejos de la muerte y se sentaba a hablar con él. Este amigo hacía un año o algo más que había creído en Jesús como el Hijo de Dios y como su Salvador. La enfermera le dijo francamente que estaba cerca de la muerte y hablaron sobre lo que eso significaría para él. El hombre reconoció que eso era así, lo sabía y estaba listo para ese momento. Estaba listo para dejar de luchar con la debilidad y listo para ver a Jesús en persona. Lo vimos por última vez cuando era ayudado/llevado a casa por otro amigo; nos dijeron que había muerto solo dos días después. Qué dulce saber que aunque no pudimos curar su enfermedad, ¡ahora está curado para siempre y está viendo a Jesús cara a cara!
Luego, en esta semana, vimos a otro hombre, un extranjero que ha vivido en este país durante veintidós años. Él, un hombre sano de mediana edad, estaba teniendo cada vez mayor dificultad para respirar. En su historial de salud no había ningún motivo de preocupación. Todos sus signos vitales eran normales; uso limitado del alcohol; no fumador; ejercicio habitual. Tenía un trabajo a tiempo completo y hacía dos semanas que había regresado de Sydney, Australia. No tenía hipertensión; no tenía diabetes ni enfermedades pulmonares; tampoco había tenido enfermedades recientes. Y a pesar de que tenía antecedentes familiares con problemas cardiacos extensos, nunca había tenido ningún problema. Su examen también era completamente normal, hasta que el médico lo hizo levantar de la mesa de examinación para que se sentara. Cuando le fue a poner el estetoscopio para escuchar su corazón y sus pulmones, el doctor vio el latido irregular de la vena yugular y supuso que podría ser una arritmia (latidos irregulares del corazón).
La radiografía del tórax mostraba un corazón moderadamente agrandado. El electrocardiograma mostraba fibrilación auricular/palpitaciones; esto sucede cuando las cámaras superiores del corazón no están sincronizadas con la parte inferior del mismo y reciben señales adicionales para latir, por lo tanto, palpitan demasiado rápido y no dejan un tiempo adecuado para que la sangre llene las cámaras y sea bombeada a las partes inferiores del corazón y a los pulmones. Esto estaba causando su dificultad respiratoria.
Los resultados de laboratorio salieron normales, excepto por un nivel de proteína total muy ligeramente disminuido y sus niveles de CRP [Proteína C-Reactiva] ligeramente elevados.
Con la ausencia de causas normales para fibrilación auricular/palpitaciones se supone que posiblemente tuvo una infección viral que en algún momento atacó su corazón. Esta reacción hizo que el corazón se agrandara a medida que intentaba compensar la falla y este crecimiento se estiró y potencialmente separó las fibras nerviosas del corazón que transmiten la señal para latir. Este estiramiento y separación dejó interrupciones en la transmisión y abrió la línea para que otras partes dieran señales adicionales a las cámaras superiores para que latieran, lo que dio lugar a un latido rápido e irregular en las aurículas.
Era difícil relacionar esta noticia con un hombre por demás saludable –su corazón estaba muriendo. Tendría que dedicarse a labores livianas por el resto de su vida (probablemente jubilándose tempranamente y saliendo de PNG), evitando actividades extenuantes (incluso el tenis y el buceo que siempre ha disfrutado), y guardándose de levantar cosas de más de 10kg, a menos que lo apruebe su cardiólogo. No se demostró que corriera el riesgo de tener coágulos, por lo tanto no se le recomendó ningún anticoagulante, pero le prescribimos aspirina por si acaso. También iniciamos una dosis muy baja de un beta bloqueador, solo para ayudar a lentificar y descansar un poco su corazón, sin disminuir su presión arterial. Él va a regresar a Sydney para que lo vea un cardiólogo y se encargue de su cuidado. ¡Estoy segura de que él apreciaría sus oraciones por este gran cambio en su vida! Desafortunadamente, dudo que alguna vez pueda darles “el resto de la historia”, como solía decir Paul Harvey.
¡Damos gracias a Dios por los excelentes médicos y porque él trae cosas a sus mentes en el momento justo! Y porque él nos ha dado los equipos y las capacidades para realizar pruebas in situ y para hacer diagnósticos precisos ¡con el fin de poder recomendar mejor la atención adecuada! “Grande es su fidelidad;
sus misericordias son nuevas cada mañana” (Lam.3:23).
¡Cosas que me hacen sonreír!
9 de junio, 2018
La vida es plena, ocupada, divertida y dura, ¡y mucho más! Es divertido tomarse el tiempo para pensar. Así que aquí está mi reflexión esta noche:
Cosas que me hacen sonreír:
- ¡la piel suave de un conejito!
- ¡los saludos felices de los cachorros meneando todo su cuerpo!
- ¡la lluvia de un cielo soleado!
- ¡bebés lindos!
- ¡ver aterrizar helicópteros!
- ¡la vista desde la ventanilla de un avión!
- ¡reír hasta que te duelan los costados con amigos risueños y sarcásticos!
- ¡dar buenas noticias a los pacientes!
- ¡fogatas con buenos amigos!
- ¡la risita de una niña!
- ¡oír hablar de aventuras de niños pequeños!
- ¡cosas nuevas!
- ¡organizar! (Sí, es raro, lo sé; pero ¡ME ENCANTA!)
- ¡una brisa vespertina en un día caluroso!
- ¡un ventilador en mi sala de estar!
- ¡encantadores amigos de todo el mundo!
- ¡escuchar música!
- ¡leer un buen libro!
- ¡juegos de mesa con amigos competitivos! ¡Divertidísimo!
- ¡verduras frescas del huerto de mi amiga!
- ¡la risa de mi amiga! ¡me encanta!
- ¡flores coloridas por todas partes!
- ¡ver cómo la lluvia azota las montañas, pasmando la puesta del sol!
- ¡escuchar los truenos!
- ¡una ducha con agua caliente!
- ¡los despertadores que no están encendidos!
- ¡ver películas románticas con las chicas!
- ¡CHOCOLATE!!!!!!!!!
- ¡llamadas telefónicas de la familia!
- ¡amigos que no te dejan “morir” en una caminata! ¡ja ja!
- ¡compañeros de trabajo increíbles, y ser parte de un gran equipo!
- ¡médicos! ¡Gracias, Dios, por los médicos!!!
- La luz de una lámpara. Me gusta mucho la luz de una lámpara. ¡Es tan acogedora!
- ¡una noche tranquila en casa después de un día ajetreado!
- ¡pudín!
- ¡piña fresca!
- ¡olores de comida deliciosa!
- ¡pan suave y fresco!
- ¡el olor de carne crepitante!
Hhhmm…la comida se está apoderando de la lista. Tal vez es hora de cenar…
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