6 de febrero, 2018
A principios de noviembre de 2017, un querido amigo y potencial anciano de la iglesia de la etnia wahgi murió inesperadamente. Nos preguntamos por qué Dios se lo había llevado ahora que la iglesia necesitaba con urgencia un liderazgo distinto al de nosotros los misioneros, pero sabíamos en el fondo que Dios debía tener reservado un mejor plan.
La muerte y el funeral de nuestro amigo Siwi propiciaron la oportunidad para que otras personas que no habían escuchado una presentación sencilla y no viciada del Evangelio, se dieran cuenta de lo que se estaban perdiendo. Como resultado, una cantidad de personas expresó su interés de oír la enseñanza bíblica desde la Creación hasta la Muerte, Sepultura y Resurrección (Etapa 1). El Señor desafió a dos hombres a aprovechar la ocasión para unirse a los otros dos maestros bíblicos en la enseñanza de estas lecciones. Nos complace informar que, como resultado de este último esfuerzo de evangelización, al menos ocho personas han nacido de nuevo en la familia de Cristo.
Me hace recordar a Juan 12:24, donde Jesús, previendo su propia muerte, dijo: “…si el grano de trigo no cae en la tierra y muere, queda solo; pero si muere, lleva mucho fruto”. Ese fue el caso de Siwi. Que la vida y la muerte de Siwi sean un desafío para todos nosotros. Puedes leer el sorprendente relato de la partida de Siwi al hogar celestial en https://espanol.ethnos360.org/2017/12/14/viaje-al-hogar-celestial/
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