23 de noviembre, 2017
El domingo, 5 de noviembre, comenzó como cualquier domingo “normal” aquí. Mientras las damas concluían su estudio bíblico matinal del domingo, los hombres se sentaron y se quedaron fuera del edificio de la iglesia. Me alegré de ver a Siwi allí, ya que no se había sentido bien unos días antes. Quizá recuerden a Siwi por el artículo ¿Este papel me llevará al cielo? que fue publicado hace poco más de un año.
Después de entrar al edificio tuvimos un tiempo especial de canto y oración seguido por preguntas de repaso de la lección de Hechos del domingo anterior. Al preguntar qué estaban esperando los discípulos y los apóstoles en Jerusalén después de la ascensión de Jesús, Siwi dijo: “Estaban esperando que el Espíritu Santo viniera a ellos. Nosotros ya recibimos el Espíritu Santo. ¡Yo estoy esperando que Jesús regrese y me lleve al cielo!” AMÉN
El tiempo de adoración colectiva del domingo concluyó con la celebración de la Cena del Señor; tras un breve tiempo de charla después de la reunión, Siwi, como todos los demás, comenzó a caminar hacia su hogar; solo que el hogar al que llegó no era el que él esperaba. O ¿lo era?
Siwi se desplomó cuando se dirigía a su casa, y cuando algunas personas que estaban cerca lo ayudaron a ponerse de pie, dijo: “Mi Biblia se cayó al suelo; tráiganmela”. Ellos se la pasaron, y mientras la abrazaba contra su pecho, lo llevaron a una casa cercana y lo depositaron sobre el césped de afuera. Mientras yacía allí, dijo: “Creo que el Señor me va a llevar al hogar celestial”. Después de decir eso, la gente que estaba alrededor de él decidió trasladarlo al interior de la casa. Mientras yacía en la cama de la casa, dijo: “Mi Biblia estaba afuera, ¿ustedes la trajeron?” Ellos le respondieron que la habían traído y fueron a buscársela, pero para cuando se le trajeron, Siwi ya se había ido al cielo.
Siwi había disfrutado de la Cena del Señor con la iglesia aquí en la mañana, y solo una hora después estaba disfrutando de la comunión con su Salvador, a quien estaba esperando. La forma en que Siwi partió de este mundo y entró en la eternidad, ha causado un impacto en la iglesia y en la comunidad; aunque era pequeño de estatura, era un gigante espiritual. Teníamos grandes esperanzas de que Siwi se convirtiera en uno de los ancianos de la iglesia, pero Dios consideró oportuno llevarlo primero al cielo. Tenemos que confiar en que Dios tiene un mejor plan para Su iglesia.
En el último mes hubo cuatro muertes en la aldea, incluida la de Siwi, y esto ha provocado muchas preguntas. En esta semana la iglesia inició otra enseñanza de la Etapa 1 (desde la Creación hasta la muerte, sepultura y resurrección), tres veces a la semana.
Por favor, estén orando para que muchos sean salvos por medio de la enseñanza.
Oren para que la iglesia crezca en su andar cristiano, y para que Dios levante líderes para la iglesia.
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