20 de diciembre, 2016
Recientemente hemos estado enseñando en equipo otro curso de la Etapa 1 (desde la Creación hasta la muerte, sepultura y resurrección de Cristo) con unos cuantos hombres que son maestros aprendices. Durante las últimas seis semanas hemos estado enseñando unas siete lecciones a la semana a unas trece personas. Después de la lección de anoche, uno de los maestros y yo entrevistamos a los ocho estudiantes que vinieron, y cada uno de ellos hizo una clara profesión de su confianza exclusiva en Cristo para su salvación; han nacido nuevos hijos en la familia de Dios.
Un hombre declaró que había formado parte de numerosos grupos religiosos y que pensaba que eso le daría méritos con Dios. Recientemente, uno de los maestros aprendices lo invitó a venir y escuchar la enseñanza y él vino. Él sabe ahora que Dios estaba llamándolo de esta manera. Dijo que ahora él sabe que su esposa o sus hijos no pueden hacerlo ir al cielo, y que su involucración en los otros grupos religiosos tampoco puede llevarlo al cielo, sino el hecho de que él está confiando en Cristo, que Su sangre ha pagado y lavado todo su pecado. La costumbre de ser un pícaro y hacer cosas malas, la sangre de Jesús la ha pagado y lavado.
Ora por estos creyentes recién nacidos, que continúen creciendo en su andar con el Señor y puedan soportar la oposición que indudablemente afrontarán.
Deja un comentario