22 de octubre, 2016
¡Qué ajetreado par de meses ha sido! Aún no puedo creer que haya pasado tanto tiempo desde que escribí por última vez, ¡ha habido tanta ocupación que el tiempo en verdad ha volado!
Permíteme tratar de resumir:
Agosto
Parece como si todos solo pensáramos en vuelos de urgencias médicas; tuvimos como uno por semana durante el mes de agosto. Cada vuelo de una urgencia médica es diferente y requiere de sus propios informes (a nivel departamental y del liderazgo); nuestros procesos tienen que ser continuamente evaluados y revisados. Josh estuvo haciendo muchos vuelos durante ese tiempo, y nuestra clínica estuvo ocupada manteniéndose al día con todo el papeleo.
Septiembre

Una de mis muy buenas amigas, y también jefe de personal de nuestra clínica, se puso muy enferma y necesitó ir a Estados Unidos para que le practicaran una cirugía. Sorprendentemente todo salió bien para ella, para que viajara lo más pronto posible, y el Señor abrió todas las puertas adecuadas con todas las personas precisas, ¡y ahora está teniendo una excelente recuperación! Sin embargo, debido a la limitada dotación de personal administrativo (2 recepcionistas + 1 administrador) en nuestra clínica, la pérdida de la administradora nos dejó aún más cortos de personal, y sus funciones recayeron en mí. En esas dos últimas semanas de septiembre estuve en una curva ascendente de aprendizaje y me sentí un poco agobiada tratando de encontrar un equilibrio en todo.
Octubre
Arte mural –notas, tarjetas y arte del hogar.
Finalmente encontré mi ritmo como administradora interina y dejé de sentirme tan abrumada con las nuevas responsabilidades. Comencé a capacitar a dos nuevas damas para trabajar en el escritorio, para poder hacer más cosas administrativas sin abrumarme –ellas van muy bien, ¡y encajan precisamente en nuestra pequeña familia loca! No es un trabajo para el que me hubiera ofrecido voluntariamente, pero estoy descubriendo que realmente lo disfruto ahora que tiene un ritmo. Sin embargo es difícil ser la “jefe-meri” (alias, señora jefe), y me he enredado y muchas veces he sido un poco descortés; pero el Señor ha venido a mi encuentro justo allí, y me da la fuerza para cada día como venga.

Josh y yo tenemos un sistema de apoyo impresionante aquí, y todo el mundo se une para ayudar a hacer el trabajo y para que nadie se abrume ni se queme. Un médico de Irlanda del Norte llegó en el momento justo para ayudar con los pacientes porque una de nuestras enfermeras salía en ese mismo tiempo para estudiar más en Estados Unidos. Dos damas empezaron a capacitarse en la recepción para que todos pudiéramos compartir la carga en cuatro frentes, en lugar de dos. Tuve la suerte de no llegar al punto de quemarme, lo cual ocurre muy a menudo con los misioneros, pero puedo ver absolutamente lo fácil que pudiera ser:
El trabajo misionero a largo plazo es un maratón, no un esprint, y realmente se necesita de un equipo para que te apoye y te anime a seguir adelante: física, espiritual, emocional y mentalmente.

¡GRACIAS por ser una parte de ese equipo para Josh y para mí! ¡Tus oraciones, apoyo económico, textos, correos electrónicos y cartas son de gran ánimo para nosotros! Nos permiten sobrevivir aquí y seguir adelante, incluso cuando las cosas se ponen difíciles. Nos recuerdan el panorama más amplio de la obra del reino de Dios. Nos recuerdan que no hemos sido olvidados. Nos recuerdan que somos amados. Nuevamente, ¡gracias!
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