Lisa Kappeler y sus co-obreros de la etnia uriay traducen la Biblia.
27 de septiembre, 2015
Las amplias implicaciones de la traducción
Cuando se escucha que un grupo étnico recibe la Palabra de Dios en su propia lengua por primera vez, uno podría enfocarse en la traducción de los versículos, capítulos y libros que componen la traducción finalizada. Es fácil pasar por alto el amplio alcance de lo que debe llevarse a cabo para que la Palabra de Dios, traducida a un idioma tribal, impacte las mentes y corazones de los lectores. Es posible dejar de ver los costes reales que abarca esta labor.
Los costes invisibles
La traductora bíblica Lisa Kappeler entiende los costes. Ella sabe de primera mano que traducir es mucho más que aquella imagen de un misionero solitario sentado detrás de un escritorio. Se requiere de un equipo; y ella tiene uno. “No puedo traducir sin estos muchachos”, comentó ella acerca de sus co-obreros tribales de traducción. Ellos son vitales para una traducción que no solo sea exacta, sino que comunique en la forma en que ellos lo harían; y ellos son dignos de un salario.
Las visitas del consultor de traducción también añaden costos logísticos y financieros. Lisa nos habla de una de esas visitas: “Con el fin de que el chequeo de traducción se llevara a cabo, tuve que hacer que estos hombres salieran de la aldea pues no puedo vivir allí en el momento sin compañeros de trabajo. Entre el costo de los vuelos para los dos hombres, alquiler de canoa/motor, combustible, alojamiento y comida solo para los hombres, el ministerio Uriay gastó algo así como $1.000 dólares para este chequeo de traducción”. Pero ella dice que vale la pena.
Y luego está el costo final de la impresión de las biblias, ¿verdad? Bueno, sí; eso, junto con el costo permanente de suministros que va desde bolígrafos y papel hasta computadoras e impresoras. Y puesto que muchos traductores viven en lugares remotos que están fuera de la red de servicios públicos, se necesitan sistemas de paneles solares para generar la electricidad para hacer funcionar esas computadoras e impresoras.
Seríamos negligentes si no mencionáramos una parte más integral del proceso. Aunque a menudo no los vemos como relacionados con el proceso de traducción, están aquellos misioneros que preparan y enseñan clases de alfabetización a la gente tribal. Porque realmente, ¿para qué sirve una traducción si nadie puede leerla?
Solo el comienzo
Una y otra vez, Dios ha suplido fielmente todos estos costes de tiempo, energías, personal, y finanzas. En los últimos doce meses se han completado las traducciones para los manjuis de Paraguay; los budiks de Senegal; los quechuas de Bolivia; y para las etnias abau, maleu, waxe y dom de Papúa Nueva Guinea.
Pero eso es solo el principio. En diferentes países de todo el mundo los traductores de NTM están trabajando en otras 110 traducciones del Nuevo Testamento. ¿Orarías en este momento por los proyectos de traducción? ¿Considerarías ser parte de la solución de Dios para la culminación de estos proyectos a través de tus oraciones y donativos?
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