La revisión de la traducción del libro de Romanos al idioma banwaón está completa.
Y Albert y Lynne Castelijn consideran que trabajar en esta traducción bíblica es un “gran privilegio que produce mucho gozo”.
Particularmente les encanta pensar que la gente banwaón pueda leer promesas como estas en su propia lengua: “Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro” (Romanos 8:38-39).
Esta revisión de la traducción es muy difícil. A fin de transmitir fielmente la verdad, el proceso implica mucho más que simplemente sustituir palabras de español por palabras de banwaón.
Albert pasa largas horas leyéndoles un pasaje a dos ayudantes indígenas, éstos lo analizan detenidamente y vuelven a decir con sus propias palabras lo que entienden del pasaje. Luego, en español, Albert le dice al consultor de traducción lo que ellos dijeron. Éste, escudriña cuidadosamente el pasaje para determinar si ellos lo entendieron por completo.
Luego tienen que releer y tener más discusiones, informa Lynne. “¿Entendieron ellos este punto?” “Es posible que esta palabra necesite mayor claridad —o un cambio”, Y finalmente: “¡Magnífico! —lo entendieron exactamente”.
El grupo que traduce se sienta durante largas horas en medio del calor y la humedad, concentrándose intensamente. Los ayudantes indígenas no están acostumbrados a esto. Sus días normalmente los pasan trabajando en los huertos. Sentarse en una silla por tantas horas y concentrarse profundamente es un trabajo muy difícil para ellos.
El libro de Romanos, aunque muy hermoso y lleno de ricas verdades, también es muy complejo; traducirlo no fue una tarea sencilla.
Pero Dios, en respuesta a muchas oraciones, misericordiosamente dio aguante, claridad de pensamiento y entendimiento, cosas que sólo Él podía proveer.
El deseo del corazón de Albert y Lynne en el trabajo de traducción sigue siendo “producir una traducción excelente que glorifique a Dios”.
Excepto por unas modificaciones de última hora, el proyecto de la traducción de Romanos está terminado. Pronto, la gente banwaón podrá leer por sí misma estos 16 capítulos de la verdad revelada de Dios.
Lynne escribe: “Oren para que ellos sean bendecidos a medida que las ricas verdades de Romanos afectan profundamente su conciencia y su entendimiento espirituales”.