9 de septiembre, 2019
Toma una agradable caminata de veinte minutos por la parte de atrás de nuestra cordillera, luego resbala, deslízate y cae en la montaña de barro resbaladizo durante la siguiente hora, cruza un arroyo cuya profundidad puede llegar hasta el tobillo o el muslo, dependiendo de la cantidad de lluvia que haya caído en las veinticuatro horas anteriores, luego asciende penosamente otra montaña durante una hora y media, y después camina tambaleante por el cansancio los últimos veinte minutos para terminar el viaje. ¡Lo hiciste! Puedes descargar tu mochila de más de veinte libras y descansar un poco. La enseñanza comenzará en quince minutos.
El viaje puede ser brutal, pero el destino vale la pena. Has llegado a Nabarume, una colección de pequeñas aldeas del grupo étnico pal de Papúa Nueva Guinea. Los pocos cientos de personas que llaman hogar a este lugar tienen un hambre intensa por la Palabra de Dios, y ahora la están oyendo por primera vez. La iglesia palense de Apsakul está evangelizando a sus vecinos, la gente de Nabarume, enseñándoles la Palabra de Dios y mostrándoles la inutilidad de sus viejas creencias.
Chris y Axel están alternando semanas para viajar allí con nuestros hermanos y hermanas palenses con el fin de compartir la Palabra de Dios con la gente del sitio. Ellos comienzan a caminar muy temprano los lunes por la mañana, y llegan justo a tiempo para empezar a enseñar. El lunes incluye un repaso de la enseñanza de la semana anterior, junto con una nueva lección. Chris, Axel y los maestros palenses enseñan dos nuevas lecciones todos los martes y miércoles, y luego caminan de regreso a casa en las últimas horas de la tarde del miércoles.
Solo hemos enseñado sobre la creación del mundo y ahora estamos llegando a la caída del hombre, pero la gente escucha con mucha solicitud cada palabra que sale de la boca de los maestros. Ellos se sientan atentos durante horas, escuchando la enseñanza y la confirmación de la Palabra de Dios. Al terminar cada lección, damos la oportunidad de hacer preguntas, y las personas hacen preguntas tras preguntas sobre todo lo que ha sido enseñado, lo que han oído o que se cree que es contrario a lo que dice la Palabra de Dios.
Es increíblemente emocionante ver el interés y el deseo de la verdad entre la gente palense de Nabarume. Pero es igualmente asombroso ver a los maestros bíblicos palenses manejando la Palabra de Dios con cuidado y precisión; ellos están enseñando con pasión y autoridad, y también están ayudando a la gente, de manera suave pero firme, a deshacerse de la suciedad de las viejas creencias y a aferrarse a la verdad. Es realmente un privilegio ser parte de los que Dios está haciendo aquí.
Oren, oren, oren para que los maestros enseñen con claridad y precisión, y para que se conduzcan con cuidado y rectitud mientras continúan en la obra de Dios. Oren por las personas de Nabarume que están oyendo la verdad por primera vez; oren para que escuchen con corazones y mentes abiertos, para que desechen las viejas creencias y acepten plenamente el mensaje de Dios para ellos.
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