19 de julio, 2019
Estamos muy emocionados con el crecimiento de la iglesia de la etnia tigak. Salimos para ir a la graduación de Christina en mayo. En ese momento el edificio de la iglesia tigakense estaba en ruinas; ¡había muchos agujeros en el techo que hacían difícil la estadía cuando llovía! En solo un mes ellos derribaron el edificio antiguo y construyeron casi por completo el nuevo edificio de la iglesia. ¡Ver a la iglesia trabajando unida para hacer que esto sucediera fue un gran estímulo para nosotros! Es magnífico tener un lugar para adorar sin preocuparnos por si la lluvia llegará o no llegará.
Los hombres habían estado aserrando tablas de madera y preparando materiales durante meses. Terrans, uno de los creyentes jóvenes, puso al servicio de la iglesia su motosierra y su tiempo; esta es su fuente de ingresos, así que fue un sacrificio para él hacer esto. Nuestro compañero de trabajo, Noe, recibió algunas donaciones de Estados Unidos para ayudar a comprar una cantidad de tejas de hojalata igual a la que la iglesia tigakeña había comprado. Ellos, los creyentes tigakeños, usaron el dinero que habían ganado durante la temporada del pepino de mar y el producto de algunos viajes de pesca para comprar materiales para el techo metálico. La pesca es la fuente principal de ingresos para los tigakeños. Por lo general, los hombres pescan y las mujeres lo llevan al mercado para venderlo a fin de poder comprar arroz, verduras y otros alimentos que no pueden ser cultivados en nuestra isla.
Nos sentimos orgullosos de que la iglesia haya construido el edificio con sus propios recursos y esfuerzos; ¡no queremos que ellos dependan de los misioneros occidentales para nada!
Christina obtuvo becas para asistir a un retiro de reingreso de dos semanas [se denomina “reingreso” a la adaptación de personas que vuelven a su país de origen después de una experiencia transcultural de años, o al proceso por el que deben pasar los hijos de misioneros que han crecido en una cultura extranjera] para hijos de misioneros. Ella es la primera de nuestros hijos en tener esta oportunidad. Por favor, oren por ella durante este tiempo hasta el 26 de julio. Es muy valioso que nuestros hijos tengan tiempo para considerar muy bien los muchos problemas que afrontarán en una nueva cultura, además de los rigores de la vida universitaria.
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