12 de noviembre, 2018
En este año nuestra atención está centrada en los ministerios en el idioma del corazón [la lengua materna]. La adquisición de cultura e idioma [ACI] (aprender otro idioma con su cultura) y la alfabetización (enseñar a otros a leer y escribir en sus idiomas comúnmente no escritos) han sido la base para los ministerios en el idioma del corazón. Si deseas saber más sobre el impacto de ACI y la alfabetización en esos ministerios, puedes ir a go.ethnos360.org/heartlanguage
Antes de continuar, permítanme compartir algo escrito por Regina Kowert que me intrigó. Ella ha estado ministrando en África occidental durante varios años, trabajando fielmente con ACI. Tengan en cuenta que el idioma del corazón de Regina no es el español sino el alemán.
Les dije a algunos senegaleses que en Alemania solo hablamos un idioma; a ellos les pareció difícil de creer eso. Aquí hay muchos grupos étnicos e idiomas diferentes. Mis amigos hablan sere; cuando ellos me visitan y alguien más de un grupo diferente está con ellos, hablan wolof. Mi ayudante de idioma habla jola-fonyi, y el guardia habla pulaar. Estos son apenas cuatro de los treinta y nueve idiomas de Senegal. No se dejen engañar por la idea de que muchos hablan y entienden el francés. Solamente alrededor de un diez por ciento son verdaderos hablantes de francés y el veintiuno por ciento habla parcialmente francés (según la Organización Internacional de la Francofonía, 2005).
Para muchos aquí es un verdadero desafío entender la Biblia en francés. Sabrina* aprendió francés en la escuela pero no lo usa en la vida cotidiana. Su hermana Maria* asistió a la escuela árabe; no aprendió a leer en francés pero es capaz de comunicarse un poco. Cristina [ha sido] cristiana desde hace muchos años y lee la Biblia en francés; de manera muy lenta y titubeante. ¿Pueden estas tres mujeres hablar francés? [Algunos podrían decir que ‘sí’]. ¿Entienden la Biblia en francés? ¡Esa es una pregunta difícil de responder! Pero en su propio idioma ellas no pueden leer, ni hay nada escrito. ¿Alguna vez podrán ellas decir: “Dios habla mi idioma?”
Siempre pensé que mi amiga Cristina oraba en francés por causa de mí. Hace un tiempo visitamos a su familia, y todos estaban hablando en sérè, pero ella cambió a francés para orar. Fue entonces que entendí; le pregunté: “¿Por qué no oras en sérè?” Ella contestó: “No sé cómo orar en mi idioma”. ¿Podrá ella alguna vez decir: “Dios habla mi idioma”? Ella no habla con Dios en su lengua materna porque Dios nunca ha hablado con ella en su idioma. Por favor, oren por los traductores de la Biblia en las muchas partes del mundo.
Una nota positiva: Regina fue capaz de ayudar a Cristina a aprender a orar en sérè, pero ¿pueden imaginar lo que es no saber cómo hablarle al Dios Creador desde tu corazón? Veamos cómo funcionan los traductores de la Biblia en los ministerios del idioma del corazón. ¿Cómo se sienten en cuanto a poner la Palabra de Dios en el idioma del corazón de alguien?
Traductores y consultores bíblicos
El idioma se ha aprendido junto con la cultura; hay personas que leen con fluidez en la aldea; ahora necesitamos tener lista la Palabra de Dios para que ellos puedan leerla; ahí es donde entran los traductores bíblicos.
Pasan muchos años desde el momento en que se inicia la traducción hasta que se completa el Nuevo Testamento. Para comprender la pasión que mueve a los traductores, les pregunté a algunos de los traductores y consultores de traducción que están trabajando en proyectos de traducción sobre la importancia de los ministerios en el idioma del corazón.
Bob Clark, traductor en la etnia tugutil del Pacífico Asiático y consultor de traducción, dijo: “Ministrar y enseñar en el idioma del corazón de una persona es crucial para su entendimiento del mensaje [del Evangelio]. Hace algunas décadas muchos misioneros suponían que si la gente podía entender una ‘segunda lengua’ sería más fácil y más rápido enseñarles en ese idioma en lugar de invertir el tiempo y la energía para aprender su idioma del corazón.
“Con el tiempo se hizo evidente que en la mayoría de los casos nuestra audiencia no entendía esa segunda lengua tan bien como esperábamos y, por lo tanto, nuestra comunicación del Evangelio y todas las otras verdades importantes de las Escrituras no se entendían con claridad. Como resultado, muchos equipos misioneros finalmente cambiaron de estrategia y comenzaron a enseñar y a traducir en el idioma del corazón de la gente a la que estaban ministrando, dando lugar a una clara comprensión y a un verdadero crecimiento espiritual no mucho tiempo después.
“Un mensaje tan importante como el contenido de las Escrituras debe tener la mejor posibilidad de ser entendido, y estamos convencidos de que eso significa traducir al idioma del corazón de nuestra audiencia”.
Kirk Rogers ha ministrado en la etnia landuma de Guinea y está traduciendo el Nuevo Testamento. Él comentó: “El ministerio en el idioma del corazón, comunicar la Palabra de Dios en el idioma del corazón de cada persona, es fundamental para que la verdad sea recibida con la máxima claridad, entendimiento e impacto.
“En [el libro de] Ester, vemos que el rey Asuero, Amán y Mardoqueo enviaron mensajes importantes a todas las provincias del imperio, tras haber sido traducidos al idioma local de cada una de las 127 provincias (énfasis añadido) y haber sido escritos con sus propias escrituras o alfabetos. Fueron mensajes que eran considerados importantes por los remitentes —tan importantes que ellos se tomaron la molestia de asegurarse de que los destinatarios pudieran entenderlos con claridad. ¿Cuánto más debemos preocuparnos por verter con claridad el mensaje de la Palabra de Dios en el idioma del corazón de cada persona para que todos puedan tener la oportunidad de conocer a Dios y de adorarlo en espíritu y en verdad?”
Como traductora y consultora de traducción, Lisa Kappeler ministra en la etnia uriay de Papúa Nueva Guinea. Sus palabras son claras y precisas: “Trabajo en un grupo lingüístico donde la mayoría de las mujeres no hablan el idioma nacional. Algunos de los hombres pueden arreglárselas en una conversación diaria en el idioma nacional, pero cuando se abordan asuntos de la cosmovisión, especialmente en el ámbito espiritual, pierden el hilo del significado y no entienden lo que están escuchando; podrían ser capaces de repetir de memoria una parte, pero no podrían definirlo o volverlo a articular a otra persona más adelante. Había hombres y mujeres en la aldea con los que realmente no podía comunicarme, hasta que hablé su idioma del corazón (énfasis del autor). Entonces nuestra situación es que, a menos que trabajemos en el idioma del corazón de la gente, ellos no entenderán la Palabra de Dios o el Evangelio”.
Lisa continuó: “¿Con qué vamos a enseñar si no hay una Biblia en ese idioma del corazón? Si crees en los ministerios en el idioma del corazón, entonces necesitarás una Biblia en el idioma del corazón para enseñar. Y quieres que ellos se alimenten a sí mismos con la Palabra de Dios, entonces necesitan poder leerla en su idioma. Es vital para el esfuerzo de plantación de iglesias y para el crecimiento y la madurez de la iglesia”.
“Creemos que la Biblia debe ser exacta, clara y natural. Como consultores, revisamos todas estas tres cosas como un par de ojos adicionales en el proyecto de traducción. Y como los consultores han traducido [las Escrituras], saben qué buscar en áreas de la comprensión que un traductor nuevo no consideraría. Así que estoy ayudando a que su traducción al idioma del corazón comunique eficazmente”.
No hay palabras para expresar de manera suficiente la importancia de los ministerios en el idioma del corazón; hacer posible que Cristina escuche que Dios le habla en su propio idioma es un regalo que no tiene comparación. Enseñar, leer las Escrituras y aconsejar a los nuevos creyentes en su propio idioma con todas sus sutilezas y matices disminuye el sincretismo y los malentendidos.
Gracias por apoyar los ministerios en el idioma del corazón.
(*Los nombres han sido cambiados)
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