Este artículo ha sido tomado y traducido del blog de Tim Challies,
autor, bloguero y pastor canadiense.
Occidente se está volviendo cada vez más pos-cristiano; muchas de las naciones más progresistas no solo están pasando por alto o ignorando su herencia judeocristiana, sino que la están destruyendo activamente. Se están abriendo camino a través de sus leyes y constituciones, sus definiciones y tradiciones, para deshacerse de todos los vestigios de los principios y supuestos bíblicos sobre los que se construyeron estas naciones. No hay nada que sea sagrado, nada que no pueda ser tocado en esta gran pesquisa.
Los que vivimos en esas naciones tenemos que operar con unos nuevos supuestos. Algunos de ellos tienen que ver con la forma en que operan las iglesias: Siempre hemos dado por sentado que cuando damos dinero a las iglesias y a los ministerios recibiremos un recibo de impuestos, pero esos días pronto terminarán para las organizaciones que no se inclinen ante alguna de las vacas sagradas de la sociedad; algunos de ellos tienen que ver con la familia: Siempre hemos supuesto que como padres tenemos el derecho de educar a nuestros hijos como mejor nos parezca, pero no es difícil prever un futuro en el que ya no será así; algunos de ellos tienen que ver con el matrimonio: Siempre hemos supuesto que el matrimonio es entre un hombre y una mujer, pero ahora el matrimonio ha sido extendido a parejas del mismo sexo y muchos suponen que las relaciones polígamas no pueden estar lejos. Estos nuevos supuestos se extienden a través de la educación, los negocios, la política y todo lo demás. Debido a que los valores judeocristianos están tan profundamente arraigados en el fundamento de nuestras naciones, realmente no hay ninguna área que no pueda ser cambiada.
A medida que muchas naciones renuncian a su herencia, los cristianos tendrán que aprender a vivir en un mundo pos-cristiano. Tendremos que aprender a vivir en un mundo en el que las leyes inhibirán nuestra capacidad de rendir culto libremente en vez de solo asistir a él, donde las tradiciones se opondrán a la Biblia en lugar de complementarla, donde la suposición ya no será que los cristianos y sus iglesias son una ayuda sino un obstáculo para una sociedad floreciente y próspera.
Podrá ser un tiempo intimidante, pero no estaremos solos; habrá ayuda para nosotros si algunos de nuestros hermanos y hermanas están dispuestos a ofrecerla, y si estamos dispuestos a recibirla. Aunque Occidente se está volviendo pos-cristiano, una gran parte del resto del mundo es pre-cristiana o cristiana; una gran parte del resto del mundo o está empezando a integrar valores cristianos en sus leyes y constituciones o nunca lo ha hecho. Y los creyentes de esas naciones ya tienen mucho conocimiento y mucha sabiduría sobre cómo vivir la vida cristiana en contextos donde eso es mucho más difícil de lo que tradicionalmente ha sido en Occidente. Ellos nunca han disfrutado de muchos de los privilegios que nosotros suponemos que siempre los tendremos —respeto, recibos de impuestos, los Diez Mandamientos en las paredes de nuestras cortes, los himnos nacionales que proclaman el nombre de Dios, la opción de educar a los hijos en casa o en escuelas cristianas. Ellos han tenido que abordar problemas que han sido ajenos para nosotros: infanticidio, poligamia, cultura de vergüenza-respeto, prohibición de reuniones, y la generosidad que no ofrece ningún beneficio tributario. En muchos sentidos, ellos han estado donde nosotros hasta ahora vamos; ellos tienen conocimiento donde nosotros tenemos preguntas; ellos pueden instruir donde nosotros somos ignorantes; ellos han explorado y aplicado verdades bíblicas con las que aún no nos hemos visto obligados a lidiar.
Así que supongo que este es un llamado para que los que vivimos en Occidente tengamos consuelo y confianza en esto: hay cristianos que pueden ayudarnos. Hay creyentes en otros lugares que pueden guiarnos en este territorio que es desconocido para nosotros pero familiar para ellos. Y es un llamado para aquellos de ustedes que están fuera de Occidente, para que estén dispuestos a ayudar. En los campos donde ustedes tienen sabiduría y experiencia, por favor, compártanlas. Recurriremos a ustedes en busca de consuelo, sabiduría y orientación.
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