6 de febrero, 2019
# Perseguir animales
En este verano mis padres pasaron un mes en el pueblo con Rachel y conmigo. Un día, en medio del almuerzo, mi padre y yo tuvimos que ir a rescatar a un cabro que quedó atrapado por sus cuernos en la cerca; él no se mostraba muy agradecido, no mi padre sino el cabro. Aunque estábamos tratando de ayudar, el animal estaba seguro de que intentábamos estrangularlo. Ese día mi papá me dijo que debería escribir sobre cómo paso mi tiempo aquí, incluyendo el trato a los animales de granja.

Aunque no es un compromiso que consuma una gran parte de nuestro tiempo, es un pedazo de la vida en un “rancho”, como la gente de aquí diría. A veces tenemos que abandonar nuestro escritorio o nuestra empresa o proyecto para ahuyentar a los animales, ayudados por nuestra perra entusiasta que ladra desaforadamente.

Trabajamos en nuestra cerca para que los pollos no puedan salir, pero luego tenemos que perseguirlos cuando logran volar por encima. Perseguir pollos nunca estuvo en la lista de metas de mi vida y el tiempo y la experiencia no me han convertido en una experta.

Tenemos que lidiar con la falta de conciencia espacial de las cabras; con los burros que se comen nuestra ropa que está colgada fuera de la cerca; con los perros de otras personas que se meten en nuestro hoyo de la basura; con los caballos que tratan de comerse las plantas por encima de la cerca; y con las vacas que deambulan por allí (otra cosa que nuestra cachorra no toma silenciosamente). A veces incluso brindamos un poco de primeros auxilios veterinarios a la comunidad. Cuando el avión está programado para venir, tenemos que llegar un poco antes y espantar a los animales de la pista de aterrizaje y sus cercanías.

Vivimos en una comunidad agrícola, entonces todo esto es inevitable. También hemos aprendido sobre la aceptabilidad cultural al tratar con el ganado de otras personas. Por ejemplo: si tu perro ataca al cerdo de un vecino en la carretera, el cerdo debería haber sido lo suficientemente listo como para salir del camino antes; pobre de él y de su dueño. Pero si el pollo de un amigo se cuela en tu cerca, entonces deberás pagar ese pollo cuando esté colgando del hocico de tu perro; ¿quién puede entenderlo?
Oh bueno, al menos eso hace interesante la vida aquí.


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