2 de agosto, 2018
El domingo comenzó como la mayoría de los domingos. Nos despertamos, desayunamos y nos alistamos para ir a la reunión de la iglesia. A veces los domingos pueden ser unos de los días más difíciles para nosotros, por lo tanto estaba tratando de prepararme mentalmente. Aunque amamos a nuestra iglesia y estamos MUY agradecidos por la forma en que nos han acogido y amado, aun así puede ser muy difícil. Difícil usar toda nuestra capacidad mental para entender la adoración, las oraciones, los anuncios y la predicación. Difícil mantener a nuestros tres hijos quietos y en silencio, especialmente cuando están entendiendo incluso menos que nosotros. Difícil sentarse en la clase de los niños con un chico terco de tres años que constantemente está poniendo a prueba los límites.
Cuando todos estuvimos listos, salimos y nos subimos en el Bajaj [vehículo indio]. Condujimos a través de nuestra calle polvorienta y llena de baches y luego tomamos la carretera principal donde pudimos recibir una brisa agradable. Llegamos a la iglesia y nos sorprendimos por el hecho de que ¡realmente habíamos llegado temprano! Nos acomodamos en nuestros asientos y el servicio comenzó. Nos costaba entender la música; nos costaba entender los anuncios. Me senté allí, observando a mis hermanas y hermanos tanzanos en Cristo mientras adoraban a nuestro maravilloso Dios, pero la mayoría de las veces no tenía ni idea de lo que estaban diciendo. Después presentaron un drama; todo el mundo reía, excepto nosotros; no entendíamos qué estaba pasando. ¿Cómo podía ser que estuviéramos tan desorientados?
Aprender un nuevo idioma puede ser muy confuso. Hay algunos días en los que siento que estoy entendiendo las cosas; días en los que puedo hablar durante horas. Y hay otros días, como el domingo, en los que todo parece nuevo otra vez. Y después de un año y medio eso puede ser desalentador.
Entonces, cuando los niños salieron para su clase de escuela dominical, todos nos escapamos. En este punto suelo ir con los niños y Chandler se queda en el servicio, pero hoy fue diferente; nos sentíamos derrotados. Hablamos sobre si debíamos soportar o salir temprano; llegamos al consenso de que si nos quedábamos sería para agradar a la gente y que nos sentiríamos cada vez peor.
Quería caminar rápidamente hasta la carretera sin hacer contacto visual con nadie, avergonzada porque nos íbamos, pero, por supuesto, nos encontramos con Mamá Niko, la esposa de nuestra familia anfitriona. Solo quería decir que teníamos que irnos temprano, pero Chandler fue más sincero. Él explicó que nos sentíamos desanimados por nuestra falta de comprensión. Mamá Niko fue muy amable y dijo que estaría orando por nosotros, sabía que lo haría, y estaba muy agradecida por eso.
Decidimos ir a la playa; algunos misioneros que conocemos tienen una impresionante casa en la playa que alquilan como un ministerio con misioneros. Los llamamos y como en el momento no tenían huéspedes, pudimos pasar allí el día. Sabíamos que ver la vasta creación de Dios sería como un bálsamo para nuestras almas destrozadas. Agarramos los trajes de baño y otras cosas para hacer un picnic y nos fuimos.
En el camino a la playa por alguna razón comenzamos a hablar con los niños acerca de la adoración y que algunas personas adoran al único Dios verdadero y que otras adoran a otros dioses o cosas como estatuas. Selah alzó la vista y me dijo: “¡Es por eso que estamos aquí!” y yo dije: “Sí, ¡es por eso que estamos aquí!” Ella respondió: “Entonces ¿por qué no le estamos hablando a la gente?”
¡Vaya!
Pasamos a explicar que esa es la razón por la que estamos trabajando tan duro para aprender el idioma swahili; increíble, pero eso renovó mi perspectiva. ¡Es sorprendente cómo Dios usó a nuestra hija Selah de seis años de edad para recordarnos algo tan GRANDE! Hay una necesidad aquí, y el idioma es nuestro puente para llegar a esa gran necesidad. Es por eso que debemos seguir avanzando; es por eso que estamos en esta montaña rusa loca donde tenemos días con altibajos. Lo que importa no somos nosotros y nuestra comodidad, sino Jesús y su gloria entre las naciones. ¡Todo esto valdrá la pena!
¡Gracias por sus oraciones mientras seguimos avanzando en el aprendizaje del idioma!
Juntos dando a conocer a Jesús,
Jamie (por la familia Sharpe)
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