9 de junio, 2018
La Biblia tiene mucho que decir sobre los “unos a otros” a lo largo de sus páginas. Me fijé en ellos en el otoño pasado y seguí notándolos de vez en cuando sin pensar mucho en ellos, hasta hace poco. Entonces me di cuenta de lo impactantes que son estos “unos a otros”.
Tuve la oportunidad de hacer una caminata con unos amigos hasta una cascada cercana (alrededor de una hora o más caminando desde nuestro centro). La caminata terminó siendo muy difícil para mí a veces, y mientras luchaba por no entretener el pensamiento de estar en una parada de descanso, me di cuenta de la similitud de esto y nuestro andar en el Cuerpo de Cristo; me gustaría explicar lo que quiero decir con imágenes:
Comenzamos, a menudo viendo un sendero más plano y más fácil y con frecuencia nos encontramos en compañía de otras personas que viajan en esta vía. Vemos las colinas que hay enfrente y sabemos que no será fácil, pero…“hasta ahora todo va bien”, pensamos para nosotros mismos, y salimos con confianza, disfrutando de la compañía de nuestros compañeros.
Esta es la vida corporal para los creyentes en Jesucristo. Cuando agradecí a mis dos amigos por ser tan pacientes y por ayudarme tanto, uno solamente se encogió de hombros y dijo: “Para eso estamos aquí, ¿verdad? Eres parte de nuestro equipo y queremos ayudarte a lograrlo”. El versículo “Sobrellevad los unos las cargas de los otros” (Gál. 6:2) ahora tiene un significado más completo.
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