17 de mayo, 2018
Abril vino y se fue… y con él, ¡esa gripe desagradable que nos dio la bienvenida en la ciudad de Spokane! A pesar de nuestros mejores esfuerzos, nos persiguió tenazmente durante varios días en la parte oriental del estado de Washington –pero el bicho malo finalmente se trasladó y nos dejó en paz, por lo cual estamos agradecidos.
A pesar de todo eso, disfrutamos mucho de nuestra temporada en el lado de Seattle… pasamos unos tiempos con familiares y amigos queridos hacia el norte, hasta Ferndale, y también hacia el occidente, hasta Bremerton. Amy y yo hablamos cinco veces en tres iglesias sobre lo que Dios está hacienda entre los nahautlenses, y también tuvimos reuniones alentadoras con dos comités de misiones. Fue un mes ajetreado, ¡por decir lo menos! Sin embargo, también apartamos tiempo para relajarnos y disfrutar de un tiempo raro viviendo la vida junto a la familia allí –asistiendo a fiestas de cumpleaños, comiendo perros calientes a la barbacoa, y asistiendo con mi padre, por primera vez desde 2014, a un juego de los Mariners. ¡Qué regalos maravillosos de nuestro bondadoso Padre!
Ahora, de vuelta en Spokane, tenemos seis semanas para trabajar desde aquí en las tareas que Dios ha puesto delante de nosotros. Nuestro proyecto principal para este tiempo de licencia es prepararnos para la construcción de casas de montaña: dibujar planos, calcular las necesidades materiales, recaudar fondos y movilizar grupos de constructores de las iglesias que apoyan nuestro ministerio. Esto avanza lentamente –debido, en parte, a mi falta de experiencia en la construcción, y en parte a ¡la gran cantidad de otros trabajos necesarios durante una corta licencia! Sin embargo, Dios ha provisto viejos y nuevos amigos con un corazón para ayudar, y nos emociona ver cómo Él integra este trabajo… un trabajo que en última instancia no tiene que ver con construir una casa, sino más bien proveer una plataforma desde la cual podamos servir a Su Iglesia.
Además de la planificación de nuestro futuro hogar en la montaña, seguimos trabajando en otras prioridades. Reunirnos con iglesias e individuos que apoyan nuestro ministerio, mientras estemos en el país, sigue siendo nuestra máxima prioridad, ¡algo que disfrutamos mucho! Compartir personalmente informes del ministerio es un privilegio maravilloso que tenemos, pero ¡los dulces tiempos de compañerismo que vienen con eso no tienen precio! Los viejos proyectos retrasados por el estudio del idioma están de nuevo en nuestro radar: mantenimiento de las computadoras, la declaración de impuestos del año 2017, y la venta de las cosas que ya no necesitamos. La educación de nuestros hijos en casa es otro nuevo esfuerzo, que trae desafíos y alegrías por igual a la vida diaria. También nos estamos preparando en otras maneras para un estilo de vida más remoto: equipando nuestra camioneta para afrontar las intensas rutas de la montaña, y buscando las herramientas que vamos a necesitar para la vida cotidiana, en un lugar donde la ferretería más cercana está a cinco horas en carro. Ahora pueden entender por qué la descripción más sencilla de la vida en estos tiempos se puede resumir con una palabra: ‘¡ajetreada!’
Ya en Spokane, disfrutamos de un domingo de comunión en nuestra iglesia local (Iglesia de Peaceful Valley en Elk, Washington), disfrutamos de una reunión con misioneros de Ethnos360 que viven en Idaho, y presentamos un informe en otra iglesia que nos apoya (Iglesia Bautista del Sur de Newport en Newport, Washington).
La semana pasada, nuestros compañeros de trabajo entre los nahuatlenses se marcharon de Las Moras para tomar un tiempo de asignación al hogar. Su ausencia hasta agosto (más prolongada para la familia Hypki) hará que la nueva iglesia tenga que depender directamente del Señor y no del equipo misionero –y aunque nosotros preferiríamos no salir en este momento, confiamos en que la fidelidad de Dios usará todas las cosas para el bien de Su pueblo (Romanos 8:28-29a).
Al salir, nuestro equipo ha enviado un mensaje de ver vidas transformadas en esta pequeña aldea de la montaña. Pete Hypki compartió el testimonio de fe en Jesús de su amigo Ben, y el gozo de darse cuenta de que un amigo de mucho tiempo y ayudante del idioma es ahora verdaderamente un hermano en Cristo. Katie Moore también nos habló del deseo de su amiga Lennie de que su familia sea salva, y que Lennie empieza a ver que Dios la ama a ella tanto como a sus amigos misioneros. Por favor, únanse a nosotros en oración por esta nueva extensión a la familia de los redimidos –que crezcan, compartan su fe, anden en el Espíritu, y ¡que la siguiente generación de nahuatlenses sea criada en hogares donde sus padres amen a Dios y enseñen Su Palabra!
Para más información de Katie sobre cómo está obrando Dios entre los nuevos creyentes nahuatlenses, consulta su informe de abril aquí: https://espanol.ethnos360.org/2018/05/09/un-buen-comienzo/
¡Alaben a Dios con nosotros!
- ¡Hay una clara evidencia de que Su Espíritu Santo está obrando entre los creyentes nahuatlenses!
- ¡Él nos ha bendecido misericordiosamente durante este tiempo en Washington con amigos y con la familia!
- Amy y yo celebramos recientemente once años de matrimonio!
Maneras en que pueden orar:
- Por la iglesia de la etnia nahuatl, en esta temporada sin el equipo misionero, una circunstancia muy difícil, tomando en cuenta que hace poco llegaron a Cristo.
- Por las cosas en que debemos trabajar como familia durante este licencia, pues tenemos que balancear muchas prioridades dentro las limitaciones de tiempo.
Por nuestros compañeros de trabajo –Rachel, Katie, y la famila Hypki –ya que se dirigen a sus propias asignaciones al hogar.
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