De nuevo en PNG
12 de abril, 2018
Huimos del nublado y melancólico clima invernal de Minnesota el día después de Pascua, y nuestro viaje en avión maravillosamente nos llevó a la radiante luz del sol y a las hermosas playas de Honolulu, Hawaii. Y da la casualidad de que mis padres viven allí, por lo tanto, disfrutamos de una semana fabulosa comiendo la deliciosa comida de la Abuela y jugando en la arena y las olas de las hermosas playas de la costa de Oahu. Vimos tortugas marinas y delfines, saboreamos Dole Whip [la marca famosa de un postre a base de piña] de la plantación de Dole, montamos olas sobre tablas de bodyboard [tabla de surf corta], y recorrimos el histórico Pearl Harbor.
Desafortunadamente nuestro tiempo en Hawaii se acabó y nos acomodaron en otro avión y nos sacaron del paraíso. Volamos a través de Manila, y de allí a Puerto Moresby, la capital de Papúa Nueva Guinea. Después de un corto respiro en las instalaciones de New Tribes en Puerto Moresby, abordamos nuestro último avión e hicimos el corto vuelo hasta la ciudad de Goroka. Ahora estamos instalándonos en una casa de uno de los centros de la misión aquí en el valle de Goroka.
A pesar de mi anterior alusión a la diversión y la belleza de Hawaii, estamos encantados de estar de vuelta en PNG. Pronto, Maggie volverá a educar a nuestros hijos en el hogar, y yo reanudaré la labor de traducir el Nuevo Testamento al idioma pal. En este momento no tenemos planes de regresar a nuestra casa de la selva entre la gente de la etnia pal, pero tendré la maravillosa oportunidad de entrar solo a la tribu por un par de días a principios de mayo. Aprovecharé esa oportunidad para alentar a los creyentes palenses y para trabajar con algunos en la traducción. Nuestro plan es vivir aquí en el centro durante un par de meses y luego evaluar cómo seguimos, y si estamos o no estamos listos para regresar a la selva.
Continúen orando por fortaleza y sanación para Maggie, oren por sabiduría para nosotros cuando empecemos a considerar en serio nuestro regreso a la tribu, oren por el trabajo de la traducción, y oren por los creyentes palenses mientras siguen aprendiendo y creciendo en Cristo.
Paz
26 de abril, 2018
Como probablemente bien saben, no fue una pequeña decisión para nosotros regresar a PNG. Con esto no quiero decir que la elección de quedarnos en Estados Unidos hubiera sido más fácil o menos importante –cualquier elección hubiera sido una gran decisión– y Dios nos guió a tomar la gran decisión de regresar a Papúa Nueva Guinea. Hacía tiempo que queríamos regresar, pero sabíamos que tenía que hacerse en la voluntad de Dios y en Su tiempo. Y finalmente, a principios de abril, Él nos guió a volver a Su obra en PNG.
Así que ahora que hemos regresado, ¿cómo están las cosas para nosotros?, ¿cómo nos sentimos en cuanto a la gran decisión que tomamos? En una palabra (aunque sea una palabra horrible que nunca debería usar en un informe), magnífico. Después de unos días de nuestra llegada, Maggie y yo estábamos sentados alrededor de una pequeña fogata en la noche, y charlábamos mientras nuestros hijos cazaban luciérnagas. “¿Cómo te sientes en cuanto a estar de nuevo aquí?”, le pregunté. “En paz”, me respondió ella. “En paz”; y yo hice eco exactamente del mismo sentimiento. Estamos en paz. Creemos que Dios quiere que estemos aquí, y tiene un propósito para nosotros aquí.
La rutina ha comenzado de nuevo, pero la estamos disfrutando. Maggie está enseñando a nuestros hijos en casa y está tratando de encontrar tiempo en medio de eso para ayudar en el trabajo de traducción. Sus problemas de salud no han desaparecido, pero Dios le está dando fuerzas para cada día y gozo para el trabajo que está haciendo y la vida que está viviendo. Yo estoy traduciendo, revisando lecciones bíblicas y viajando; viajé en avión a otro centro de NTM en este país a principios de esta semana y asistí allí a un corto seminario de dos días. La semana que viene tendré el privilegio de ir en avión hasta la tribu pal para pasar dos días entre mis hermanos y hermanas en Cristo de esa etnia.
Alabando a Dios en medio del barro y la lluvia
15 de mayo, 2018
Me movía a través del lodo, subiendo y bajando senderos traicioneros de la montaña, mientras la lluvia aburrida resbalaba por mi frente y mi teléfono móvil barato apenas iluminaba mi camino; fue terrible, y también fue maravilloso.
Si me hubieras visto una hora antes, me habrías visto sentado en medio de un enjambre de hombres, mujeres y niños, apiñados en una casa pequeña para adorar a Dios juntos y escuchar Su Palabra. Los estudios bíblicos de los miércoles por la noche son dirigidos por muchos hombres de la etnia pal de cuatro aldeas diferentes, y qué gozo fue tener comunión con los creyentes palenses y escuchar a estos hombres, que están creciendo, leer la Palabra de Dios a la gente y enseñar un poco.
Al día siguiente tuve el privilegio de reunirme con estos seguidores de Cristo y alentarlos en el trabajo que están haciendo. Se reunieron diecisiete hombres, y nosotros (Axel y yo) pasamos horas con ellos en el discipulado, capacitándolos como maestros y líderes. Estos hombres están creciendo en su andar con Cristo y cada día su luz brilla un poco más; están creciendo en amor, fidelidad y obediencia. También están creciendo en su capacidad para enseñar la Palabra de Dios, para animar a sus hermanos y hermanas en Cristo, y para tratar bíblicamente problemas que surgen en la iglesia y en la comunidad.
El día en que podamos entregar a estos hombres toda la responsabilidad de pastorear al rebaño de Dios en Pal no está cerca. Pero no hay duda de que nos estamos moviendo hacia ese día. He experimentado pocas cosas en esta vida que sean tan excitantes como ver a Dios obrando en las vidas de los creyentes de Pal. A veces las cosas son poco claras en nuestra vida y en la de ellos, pero Él está fortaleciéndolos; está haciéndolos crecer; está preparándolos para que hagan Su obra; está dotándolos y facultándolos; y Él completará Su obra.
Bajar a Pal por dos días a principios de mayo y lidiar con la lluvia incesante y los caminos fangosos fue algo que valió la pena para poder codearme con mis hermanos y hermanas de Pal y ser testigo de la obra que Dios está haciendo entre ellos. Ya estoy de nuevo en el centro misionero con mi familia, y sigo adelante con la traducción y el trabajo de apoyo desde lejos, pero mi corazón se quedó con la gente en Pal.
Algunos números, amigos: hemos terminado de traducir aproximadamente el 30% del Nuevo Testamento, y aproximadamente otro 10% se encuentra actualmente en algún punto entre el primer borrador y la revisión final del consultor.
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