15 de mayo, 2018
Me movía a través del lodo, subiendo y bajando senderos traicioneros de la montaña, mientras la lluvia aburrida resbalaba por mi frente y mi teléfono móvil barato apenas iluminaba mi camino; fue terrible, y también fue maravilloso.
Si me hubieras visto una hora antes, me habrías visto sentado en medio de un enjambre de hombres, mujeres y niños, apiñados en una casa pequeña para adorar a Dios juntos y escuchar Su Palabra. Los estudios bíblicos de los miércoles por la noche son dirigidos por muchos hombres de la etnia pal de cuatro aldeas diferentes, y qué gozo fue tener comunión con los creyentes palenses y escuchar a estos hombres, que están creciendo, leer la Palabra de Dios a la gente y enseñar un poco.
Al día siguiente tuve el privilegio de reunirme con estos seguidores de Cristo y alentarlos en el trabajo que están haciendo. Se reunieron diecisiete hombres, y nosotros (Axel y yo) pasamos horas con ellos en el discipulado, capacitándolos como maestros y líderes. Estos hombres están creciendo en su andar con Cristo y cada día su luz brilla un poco más; están creciendo en amor, fidelidad y obediencia. También están creciendo en su capacidad para enseñar la Palabra de Dios, para animar a sus hermanos y hermanas en Cristo, y para tratar bíblicamente problemas que surgen en la iglesia y en la comunidad.
El día en que podamos entregar a estos hombres toda la responsabilidad de pastorear al rebaño de Dios en Pal no está cerca. Pero no hay duda de que nos estamos moviendo hacia ese día. He experimentado pocas cosas en esta vida que sean tan excitantes como ver a Dios obrando en las vidas de los creyentes de Pal. A veces las cosas son poco claras en nuestra vida y en la de ellos, pero Él está fortaleciéndolos; está haciéndolos crecer; está preparándolos para que hagan Su obra; está dotándolos y facultándolos; y Él completará Su obra.
Bajar a Pal por dos días a principios de mayo y lidiar con la lluvia incesante y los caminos fangosos fue algo que valió la pena para poder codearme con mis hermanos y hermanas de Pal y ser testigo de la obra que Dios está haciendo entre ellos. Ya estoy de nuevo en el centro misionero con mi familia, y sigo adelante con la traducción y el trabajo de apoyo desde lejos, pero mi corazón se quedó con la gente en Pal.
Algunos números, amigos: hemos terminado de traducir aproximadamente el 30% del Nuevo Testamento, y aproximadamente otro 10% se encuentra actualmente en algún punto entre el primer borrador y la revisión final del consultor.
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