9 de febrero, 2018
Nuestro reciente viaje ministerial a la región del Pacífico Asiático fue exitoso. Y no tuvimos vuelos perdidos ni retrasos como nos sucedió yendo a México en noviembre.
Ahora, nuestros compañeros de viaje, mientras estuvimos encerrados dentro del tubo de metal que se deslizaba como un rayo a través de la estratosfera…, esa es otra historia. Es temporada de gripe –y la de este año es terrible. ¿Necesitamos decir más? Después de despegar, la gente tosía y estornudaba a nuestro alrededor… así que estuvimos masticando tabletas de Airborne como locos.
Sentíamos como si estuviéramos viajando con el Germen, el personaje de la tira cómica de Moderadamente Confusos.
Pero gentilmente Dios nos mantuvo sanos, yendo y viniendo.
Fuimos a un país que tiene más de 200 grupos étnicos no alcanzados (UPG, por sus siglas en inglés) –idiomas completos que suman más de 160 millones de personas que nunca han oído hablar de Cristo. Llevarles el Evangelio en sus lenguas maternas es nuestra meta.
Y eso significa misioneros que puedan comunicarse con claridad en esos idiomas.
Pero no es fácil ayudar a alguien a que aprenda por su cuenta un idioma desconocido y que no está en forma escrita. Durante casi dos semanas seguidas, Bill se reunió con unos veinte consultores/instructores/maestros que ayudan a los misioneros a aprender dos idiomas y culturas. Primero, los ayudan a aprender el idioma y la cultura del país, y luego los idiomas y las culturas de esos UPG. Gran parte de la discusión con Bill giró en torno a maneras de ayudar a aquellos misioneros para que aprendan aspectos profundos de la cultura: cosmovisión, valores, conceptos de Dios/dioses, etc., a fin de contrastar claramente eso con la verdad de Dios.
Con la ayuda de Dios, Bill pudo ayudar al equipo de allí a mejorar sus estrategias. Y al mismo tiempo, todos tenían grandes ideas que él pudo llevar a casa para su gran proyecto: actualizar el DIY, el programa de aprendizaje de idioma/cultura para la misión en todo el mundo.
La cosecha está madura y necesitamos obreros (bien capacitados) para que salgan al mundo a cosechar; necesitan comunicarse con claridad.
Estuvimos en casa menos de una semana, antes de que Bill hiciera otros tres viajes programados entre febrero y mayo. Oren con nosotros por salud, energías y sabiduría mientras ayudamos a capacitar misioneros y a quienes los ayudan.
¡Le damos gracias a Dios por ustedes y por su parte en la labor de alcanzar a los no alcanzados!
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