28 de enero, 2018
¡Nuestro equipo! Estamos alabando al Señor por la familia Hernández, y estamos esperando en Él a que una familia más se una a nosotros.
Un año en Papúa Nueva Guinea
En este momento estoy mirando por la ventana y Wyck está corriendo bajo la lluvia, con sus brazos extendidos hacia los lados, imitando un avión, y gritando: “¡Lluvia! ¡lluvia!” Hace un año, cuando llegamos a PNG, todavía no caminaba ni hablaba, y ahí está, convirtiéndose en un niño pequeño ante nuestros ojos.
En este mes cumplimos nuestro primer año de estar en PNG. Cuando llegamos, nosotros tampoco podíamos hablar —al menos no en la lengua franca, y ahora nos estamos poniendo a prueba en ella. Nos tocó empezar a aprender a “andar” aquí —aprender a relacionarnos con la gente, a comportarnos, a manejar el asunto de los insectos y el calor, a administrar nuestro tiempo, aprender a cocinar con ingredientes de aquí… Recuerdo que vagaba por los pasillos de la tienda de comestibles y pensaba: “¿Cómo puedo combinar estos productos para preparar algo?” Recuerdo que acostaba a los niños e inmediatamente me derrumbaba sobre la cama muerta de cansancio. Ahora ya sabemos, más o menos, cómo programar nuestro tiempo, preparar comidas, hacer amistades. Poco a poco, ante nuestros ojos, PNG se está pareciendo un poco más a nuestro hogar.
Gracias por orar por nosotros. Hemos visto la fidelidad de Dios una y otra vez. Él nos ha permitido pasar por situaciones difíciles y nos ha dado pequeños gozos a lo largo del camino. Hace poco nos dio una enorme respuesta a la oración —¡una familia para trabajar a nuestro lado! Es una familia de México que tiene un hijo de la edad de Ty y una hija de un año. Son amables y divertidos y aman al Señor, y creemos que somos idóneos para trabajar juntos. Entonces, ahora solo nos resta esperar a que otra familia se una a nosotros para poder entrar a una tribu.
Mientras tanto, Karissa sigue supliendo una necesidad en la escuela para hijos de misioneros, va a enseñar durante un semestre inglés a los grados séptimo y octavo. Por lo tanto, en la mañana prepara sus clases y califica tareas, en la tarde enseña, y en la noche nos reunimos con la familia Hernández para trabajar en nuestra “formulación de la estrategia del equipo”, la cual consiste básicamente en nuestro plan para desarrollar el ministerio en la tribu. Entonces Matt está trabajando mucho más: cuidando a los niños, haciendo almuerzos y haciendo los viajes al aeropuerto. Nuestro nuevo horario definitivamente es ajetreado y nos ha hecho hacer ajustes, pero en general, lo disfrutamos mucho. Karissa está feliz de poder servir haciendo algo que a ella le gusta —enseñar, y los chicos pueden tener un poco más de tiempo especial con Papi.
Matt participó en un viaje de reconocimiento recientemente, que consiste básicamente en ir de aldea en aldea en una nueva zona para determinar si es un lugar al que New Tribes debería enviar misioneros. Durante ese tiempo hacen cosas como sacar listas de palabras para ver si ese idioma está relacionado con otro, y si realmente necesitan una propia traducción; hacen preguntas para tratar de averiguar qué es lo que las personas ya saben de Jesús; y averiguan si la gente desea tener misioneros. Al regresar, Matt estaba completamente agotado, pero estaba muy feliz de haber podido ayudar con esto y de experimentar más de PNG.
¡Gracias por orar fielmente por nosotros y por apoyarnos durante este primer año en PNG!
¡Alabanzas a Dios!:
– Porque estamos iniciando un equipo con la familia Hernández
– Por el buen viaje de reconocimiento de Matt
– Porque Karissa está contenta de poder enseñar
Por favor, oren:
– Para que una tercera gran familia se una a nosotros
– Para que Karissa pueda hacer un buen trabajo enseñando
– Por sabiduría para mantener un equilibrio en el uso de nuestro tiempo
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