12 de agosto, 2017
Hace ya algunas semanas que estamos de nuevo en Estados Unidos y no habíamos sabido nada de ninguna persona de la iglesia en Patpatar. Uno de los ancianos de la iglesia, llamado Tokiung, me llamó desde una pequeña ciudad que está a casi una hora de la aldea. Él estaba esperando allí con su familia y sus pertenencias a que un camión viniera y los llevara a otra aldea que está en la cima de la montaña. Él procedió a explicar:
“Hermano, ellos nos han expulsado otra vez de nuestra casa en la aldea, pero no estamos preocupados por este infortunio. Más bien estamos pensando en el libro de Hechos, cuando la persecución vino sobre la Iglesia y ayudó a que las buenas nuevas salieran. Por lo tanto hemos hablado con la iglesia, y nuestra familia va a subir [a la aldea de la montaña] para hablarles claramente de la alfabetización y la Palabra de Dios”.
Durante años, una aldea ubicada en la pequeña montaña que está arriba de la aldea costera donde trabajamos ha estado preguntando si alguien podría ir a vivir con ellos para alfabetizar en el idioma patpatar y para compartir la Palabra de Dios. Esta es la misma aldea donde vivían muchos miembros y parientes lejanos del clan de Tokiung, y él ha sentido la carga de mudarse allí con su familia. Hasta ahora, sin embargo, eso no era muy posible.
Él había sido uno de los pocos maestros bíblicos que inicialmente habían trabajado a mi lado con la pequeña iglesia de la etnia patpatar, y si él se hubiera ido en ese entonces, eso habría tenido enormes repercusiones en los creyentes locales. Además, él y su familia necesitaban estar más fundamentados, y ser nutridos y enseñados en la Palabra y gozar del compañerismo de otros cristianos.
Hace aproximadamente un año, eso empezó a cambiar; otro anciano y tres diáconos fueron nombrados en la iglesia, y otros estaban siendo capacitados. Gradualmente yo comencé a pasar más y más al fondo, y del mismo modo Tokiung, permitiendo que otros asumieran responsabilidades y dirigieran. Mientras tanto el antagonismo contra los cristianos continuaba con amenazas, aislamiento social e intentos de expulsarlos de la aldea. En un momento dado, Tokiung y su familia tuvieron que abandonar su casa y no sabían si podrían regresar; pudieron hacerlo, y la situación parecía mejor; hasta ahora.
Desde que regresamos a Estados Unidos, Lori y yo habíamos estado orando para que Dios hiciera crecer Su iglesia entre los patpatares; pero no esperábamos que fuera de esta manera.
Oren por la iglesia patpatar, ya que han hablado de esta situación y han hecho este plan juntos, pero ahora sentirán los efectos de la ausencia de uno de sus líderes. Oren por Tokiung y su familia, pues les han concedido tiempo en la aldea de la montaña para explicar este próximo domingo qué les gustaría hacer con la alfabetización y la enseñanza de la Palabra de Dios. Oren por los creyentes que viven en medio del continuo antagonismo y de aquellos que lo causan.
En este lado del mundo
Mientras tanto, nuestra familia ha estado de nuevo en Estados Unidos durante casi un mes. Hemos viajado más de 6.000 km, hemos estado en cuatro iglesias diferentes, y hemos disfrutado de un tiempo maravilloso tomando unas vacaciones con los padres de Lori, viendo a la familia y conociendo amigos. Avalon cumplió diecisiete años y pudo montar a caballo con su prima; y Briella cumplió cinco años y logró montar en una jirafa. La próxima semana nos iremos a Iowa, donde estaremos residenciados durante el año escolar y finalmente podremos desempacar nuestras maletas e instalarnos.
En mi tiempo libre he estado trabajando en la terminación de un libro que estoy escribiendo, llamado Historias de la Tribu, sobre nuestro tiempo en Patpatar. Este es un fragmento que ha sido escrito sobre él: Historias de la Tribu es un libro de lecturas devocionales enfocadas en misiones que te inspirará, desafiará y educará. Estas increíbles historias reales cobran vida de la selva a tu hogar. Prepárate para ver, experimentar, sentir, e incluso para saborear lo que es ser un misionero tribal de la selva.
Será lanzado a finales de este año, pero más tarde publicaré más información sobre él.
Apreciamos sus oraciones por la iglesia patpatar, y por nosotros mientras nos reencontramos con muchos de ustedes durante el próximo año y mientras esperamos nuestro próximo capítulo en el campo misionero de Papúa Nueva Guinea cuando regresemos.
Aaron y Lori, Avalon, Sierra, Kylee y Briella
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