2 de junio, 2017
El otro día estaba pensando que mi aprendizaje del idioma viemo es como la madera de ébano. No, no estaba pensando en ello en el sentido de lo difícil que es (el ébano es la madera más dura del mundo), sino más en cuanto a cómo se puede tallar una hermosa estatua con ella. Permítanme explicar. . .
El ébano es conocido como una hermosa madera negra, pero las capas exteriores de la madera son en realidad de color claro, como se puede apreciar en la foto. Estaba pensando en que un día, cuando pueda hablar el viemo claramente y pueda transmitir bellamente el corazón de Dios en esta lengua, será como una hermosa estatua negra tallada en ébano. Sin embargo, mi capacidad en el viemo comienza más parecida a la madera de esta foto –antes de que puedas llegar a la parte negra de la madera para tallar una estatua con ella, tienes que quitar con cincel la madera de color claro.
Cuando trato de hablar ahora que estoy en Mi Aldea, la mayoría de lo que digo es en jula, ya que solo tengo un número limitado de palabras en mi vocabulario de viemo. Sin embargo, cuanto más aprendo y uso en mi habla, es más como si la capa de color claro estuviera siendo quitada con cincel y mi habla manifestara más y más del viemo negro puro. Un día, si el Señor lo permite, hablaré y todo será en ese viemo negro, sin que aparezca nada del jula de color claro para alterar mi estatua.
Sin embargo, no bastará con que mi habla se convierta sencillamente en madera negra. En ese punto todavía deberá ser tallada y tomar forma. Esto puede incluir cosas como realmente poner mis palabras en el orden correcto, escoger las palabras adecuadas, encontrar maneras buenas y aun hermosas de decir las cosas, e incluso articular historias, descripciones y otras expresiones de formas naturales y hermosas. Los idiomas son hermosos, y no son solo una serie de palabras o un bonito pedazo de madera de ébano de color negro puro. Pueden ser tallados y se les puede dar forma para hacer muchas cosas diferentes, cosas que podemos hacer de manera fácil y natural en nuestro propio idioma, pero que requieren de mucho trabajo en otro idioma.
Oren conmigo para que mi viemo, al igual que el idioma que sale de las bocas de todos los portavoces de Dios en todo el mundo, se convierta en algo bello y que transmita el corazón de Dios de una manera que toque el corazón de quienes nos rodean.
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