7 de junio, 2017
Sansuwà (también conocido como Chris ya que es más fácil de pronunciar) era el hijo de un brujo. Se unió al movimiento rebelde cuando era un joven y vivió con su esposa cerca de los padres de ella y bajo la influencia de los rebeldes. A finales de 1983 regresó a su aldea natal y escuchó la enseñanza de la Palabra de Dios. Este es su testimonio que él quería que nosotros compartiéramos con ustedes:
Cuando el Evangelio llegó a nuestra aldea, no tenía ni idea de la vida eterna, y mucho menos que era del Dios Todopoderoso.
Me casé en un lugar llamado Buk, que no está muy lejos de una gran ciudad de aquí, y fue en ese entonces que Ron y Lance comenzaron su ministerio aquí en las montañas.
Monsing fue uno de los primeros discípulos de Ron; él fue el primero con el que Ron trabajó, enseñándole cómo enseñar a la gente aquí en nuestra aldea. Después de un tiempo, Monsing me mandó la noticia de que debía regresar a casa porque si no lo hacía, dijo él, me perdería del mensaje de la vida eterna; pensé que me dejarían atrás y no quería que eso sucediera.
Por lo tanto, cuando me enteré de eso, regresé directamente a mi aldea natal; tenía miedo de quedarme atrás debido a nuestra creencia de que si no seguíamos los panoos (los mandatos religiosos) entonces no viviríamos para siempre.
Pasó aproximadamente un año entre mi matrimonio y la llegada de los misioneros. Después de regresar a casa empecé a escuchar la enseñanza, pero no tenía ni idea de que verdaderamente podía vivir para siempre. Fue como un sueño porque ni siquiera me pasaba por la mente que sufriría cuando muriera. Me habían llevado a creer que uno no siente nada después de morir. Mi pensamiento era como el de un animal porque no tenía ningún temor de Dios. Lo único que pensaba era que sería bueno tener vida eterna, pero no era algo que ocupara mi pensamiento continuamente. La verdad es que buscaba la vida eterna, pero no la buscaba de todo corazón.
También en ese entonces, en lo que más pensaba era en establecer amistades con personas que me pidieran alcohol para beber porque yo tenía una manera de conseguirlo. Pero aparte de eso, no me interesaban los amigos. Cuando estamos fuera del reino de Dios es como si nuestros pensamientos estuvieran obstruidos por las tinieblas y no comprendemos el significado de la Palabra de Dios.
Cuando oía la enseñanza de la Palabra de Dios era como si estuviera en un sueño y realmente no tenía cabeza para escuchar lo que se estaba enseñando. Pero después de un tiempo mi mente se abrió lentamente a las historias, y luego lo que me llamó la atención fue cuando escuché la historia del hombre rico que murió y fue arrojado al Seol (ver la foto de arriba) donde sufrió grandemente.
Mi mente siguió abriéndose y llegué a entender las buenas nuevas de que Jesucristo pagó por todos mis pecados. Estaba muy feliz y agradecido de saber que iría al cielo cuando muriera. Yo sabía más allá de cualquier sombra de duda que era salvo y me encantaba hablar acerca de la Palabra de Dios.
Si no eres salvo, doy testimonio y estoy convencido de que no entiendes el mensaje de Dios porque no tienes la capacidad de quitar las tinieblas de tu mente. Y luego dejas de intentarlo porque realmente no tienes ningún deseo de escuchar. Eso es lo que sucede cuando la fe no es real.
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