Diario de Mary Aspinwall —entrada del 28 abril de 2017
Hoy; hoy estoy agradecida por la lluvia que tuvimos anoche, la cual refrescó un poco todo; los últimos dos días habían sido muy calurosos. Mi yeso se siente como un suéter de lana que produce picazón; algo que nadie usaría en este calor. ¿Cómo podría haber sobrevivido con él por más de dos semanas más sin que me hubiera vuelto loca? ¡Es maravilloso tener este alivio!
Ayer Clark llamó a nuestra agente de viajes y le explicó nuestro deseo de volar de vuelta a Estados Unidos, pero también le explicó nuestra incapacidad para saber con certeza cuándo nos autorizarán los médicos para volar. Ella sugirió que esperáramos hasta que tengamos una fecha definitiva, así que ese es un detalle por el que no nos preocuparemos más.
Todos los que me ven, sabiendo lo que sucedió, siguen asombrados de que esté viva, y sobre todo al ver lo bien que estoy. Los milagros siguen ocurriendo, y ¡estamos deseosos de continuar agradecidos!
Diario de Mary Aspinwall —entrada de hace siete horas
Hoy vi a una terapeuta ocupacional por primera vez. Ella trabajó principalmente en los dedos de mi mano izquierda –del brazo que está fracturado en dos partes y que fue reparado por la pérdida de músculo y tendón. El pulgar de esa mano está particularmente débil, pero no dejan de decirme que todavía puede ser revivido. Me hizo realizar todo tipo de tareas difíciles y me dio ejercicios para hacer en casa. Voy a tratar de seguir sus instrucciones y oro para que este duro trabajo dé sus frutos.
Para mí es difícil permanecer animada en cuanto a la situación de mi cabeza. Este adormecimiento, pesadez, sensación “extraña”… Incluso estoy empezando a preguntarme: “Sí, parece que estás bien mentalmente ahora, pero ¿qué tal que todos estos síntomas sean la prueba de que hay más daño allí, pero los plenos efectos no se revelarán hasta más tarde?” Dudo mucho de que este pensamiento provenga de nuestro Padre celestial, pero aun en esos momentos sé que como Él ha sido digno de confianza durante toda mi vida, ciertamente no va a ser diferente ahora. Debo ser paciente –me han dicho tres meses y ni siquiera han pasado dos todavía.
Oh, sí, fuimos a la iglesia el domingo. Probablemente puedes imaginar que cada canción que cantamos me convirtió en un mar de lágrimas; “Sublime gracia”, “¡Bendiciones cuántas tienes ya!”… No puedo recordar las otras, pero todo acerca de la gracia, la bondad, la fidelidad, el cuidado de Dios,…. ¡TODO ES TAN CIERTO! Pero, ¿qué pasó, entonces, con mi amada amiga que no sobrevivió al accidente? ¿Esas cosas no son ciertas para ella? ¡CIERTAMENTE LO SON! ¡Ella está regocijándose con su precioso Señor y Salvador! ¡Estoy segura de que no hay remordimientos por ella! Entonces la conclusión es que Dios ama y cuida verdaderamente a casa uno de Sus hijos. Es solo que Su plan perfecto para cada uno de nosotros es único. ¡SÉ que puedo seguir confiando en ÉL!
Deja un comentario