La misionera Julie Martin relata la historia de los primeros bautismos de los akolets
27 de noviembre, 2012
La historia se estaba desenvolviendo ante nuestros ojos. Mientras el sol tropical ardía arriba, no había ni siquiera una pizca de brisa que ofreciera alivio a aquellos de nosotros que nos estábamos asando.
Pero nadie lo notó, así de concentrados estábamos en la escena que teníamos ante nosotros.
La multitud se agitó un poco cuando mi esposo, Adam Martin, y Gili bautizaron a Waklo, la esposa de Gili, porque la parte superior de su cabello (que había sido elaborado a su máxima altura para la ocasión) no se hundió completamente y hubo muchos susurros e incluso unas risitas a causa de esto.
¡Fue el primer bautismo de creyentes akolet!
Para mí, los bautismos son similares a disfrutar de un postre muy bueno después de comer un montón de verduras. Aunque han estado sucediendo cosas emocionantes y nos encanta enseñar el libro de Romanos y traducirlo, y aunque los creyentes están devorando las verdades de Romanos, nos hemos sentido muy agotados tratando de seguir el ritmo (las verduras son muy buenas para nosotros e incluso agradables cuando se hacen bien, pero seamos realistas: ¡tener solo verduras se vuelve un poco gastado!)
Así que las semanas previas al bautismo, como puedes imaginar, fueron muy ajetreadas. El día previo al bautismo, tuvimos no menos de tres “inscripciones” de última hora. Muy caótico, pero cosas de última hora son típicas de los akolets, y, por supuesto, nos alegramos mucho por cada uno de los tres chicos adolescentes que vinieron.
Pero luego el domingo por la mañana, ¡finalmente llegó el momento del “postre”! Y todo fue absolutamente brillante —¡alabado sea Dios!
Gili se metió en el agua mientras Adam aún estaba pronunciando la frase: “¿A quién le gustaría ser el primer….?”
“¡Yo primero!” respondió Gili. Eso fue perfecto porque él fue el primer creyente. Eso fue hace dos años a la fecha.
Ahora, si un hombre y su esposa o sus hijos fueran a ser bautizados, Adam y Ryan Warner, nuestro compañero de trabajo, bautizarían primero al hombre, luego el hombre ayudaría a Adam a bautizar a su esposa y/o a sus hijos.
Adam habló a los creyentes que estaban esperando ser bautizados; estos estaban separados del resto de nosotros.
Adam dijo: “Dios los ha bendecido, Jesús los ha rescatado, y el Espíritu Santo está dentro de ustedes. Así que están unidos a Dios. Debido a esto los sumergiremos en el agua”.
Luego cada persona descendió a las aguas.
Adam le dijo a cada uno: “Cuando Jesús murió, tú también moriste; y cuando Jesús resucitó, tú también fuiste resucitado”.
Todos estaban alborotados y emocionados, ya sea que fueran bautizados o no. En total, veintidós personas eligieron el bautismo, ¡lo cual, en nuestra opinión, fue genial!
Después, todos nos dedicamos a pasar el tiempo juntos y a cantar canciones y a reír y beber café.
Los creyentes que habían sido bautizados no cesaban de decir lo felices y alegres que se sentían todos –completamente diferente de cualquiera de los rituales sin sentido o los ejercicios religiosos que habían practicado en el pasado con una atmósfera sombría, pesada y aterradora. Alabado sea Dios.
¡Así que ese fue el primer bautismo akolet! ¡Alabado sea Dios!
Por favor, ora por estos preciosos creyentes pues ya han afrontado la burla y la discriminación por su valiente posición de hacerse bautizar.
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