19 de septiembre, 2016
Pensé que ustedes podrían tener curiosidad en cuanto a cómo han cambiado algunos de nuestros hábitos en el último año y medio. La comida ocupa un lugar considerable. Entonces comenzaré con las cosas comestibles en esta publicación:
Comemos huevos y avena remojada en el desayuno. No ha cambiado mucho en esta área –eso es todavía muy occidental. La mayoría de las personas comen arroz frito o crema de arroz en el desayuno, pero como parece que no puedo dejar el hábito de comer proteína, disfrutamos de los huevos. En Java vendían los huevos por kilos, aquí es por bandejas. Aquí nos reímos por la cantidad de huevos que comemos —la misma que en Java. Finn come huevos, además de crema de arroz rojo mezclada con un plátano (él es muy exigente con respecto al desayuno). Honestamente tengo mucha pereza de volver a hacer pan, lo cual podría cambiar en el futuro, pero por ahora sigo con la avena. Sorprendentemente se pueden encontrar semillas de chía y de ajonjolí aquí. Pero los frutos secos son caros, por lo que normalmente seguimos con semillas y uvas pasas en nuestra avena –y coco tostado.
Los adultos comenzamos bebiendo café en la mañana –dejamos de optar por el té; tal vez eso viene con la paternidad o con el estudio del idioma –no estoy segura. Después que Payton ayudó a instalar arriba en las montañas un sistema de agua para la aldea, nos dieron algunos granos de café crudos como regalo, así que los tostamos. Nada sofisticado, a manera de equipo, simplemente una olla en la estufa, pero ¡tenía un sabor estupendo!
Comidas: Cocinamos una vez al día, y calentamos las sobras para la otra comida. Justo ahora mismo, frito pescado o aso un pollo entero. No hay comidas fáciles –nada de sándwiches ni ensaladas. Bueno, retiro lo dicho, es posible, pero significa mucho trabajo. Generalmente comemos arroz, verduras y pescado/pollo en cada comida, a menudo emparejado con el estado de ánimo. Pico montones de cebollas, ajos y pimientos frescos en cualquier comida. Ahora puedo destripar el pescado sin mucho problema; estamos mejorando nuestra capacidad de sacarle las espinas al pescado (porque nuestros conocimientos de la anatomía de los peces están mejorando –puedo adivinar dónde están las espinas).
Usamos una olla arrocera como nuestro electrodoméstico principal. Una vez se fue la luz cuando estaba usando la arrocera y entré en pánico… hasta que recordé que es posible cocinar arroz en una cacerola; je je.
El picante también se ha convertido en un producto habitual de la mesa. Gran parte de esto se debe al hecho de que unas chicas locales están viviendo con nosotros y pueden comer todo tipo de salsas de ají picante sin pestañear. Estas chicas también me enseñaron a asar cosas sobre un fogón en el patio trasero. ¡No hay nada como un pollo asado/ahumado!
Hemos cambiado platos y tazones por “blates”. Me encanta tener un plato por cada comida. Y hemos empezado la práctica de comer con las manos ya que es muy común aquí. Si hacemos uso de cubiertos ahora, son sobre todo cucharas. También casi nunca usamos servilletas a la hora de comer, sobre todo Kleenex; rara vez, ¿eh?
Lo que echamos de menos:
El queso es lo que más extrañamos. Aquí hay quesos: mozzarella o cheddar (en paquetes muy pequeños y caros), y cosas de larga vida (no cuentan como queso, ya que ninguno está muy seguro de qué son y por qué no se derriten). Literalmente no puedo mirar en ideas para el menú o en sitios de planeamiento porque me pongo celosa. Evito Facebook debido a una infinidad de ideas para preparar comidas que son imposibles de realizar. Si quiero queso feta tengo que encontrar una cabra y también pedir un cultivo iniciador de mesófilos para al menos comenzar a entretener la idea…. Y ni hablar de condimentos de ahuyama. Si los quiero, tengo que empezar con la ahuyama entera.
Tés de frutas. Soy una eterna consentida de Celestial Seasonings Teas. El producto local es simple, negro y no es agradable. Afortunadamente los buenos amigos han seguido enviándome/trayéndome suficiente, por lo que mi reserva nunca ha estado completamente vacía.
Chips de tortilla de maíz. Es difícil tener siempre salsa con el pescado y saber que no hay Santitas para acompañarlo. Además, casi todos los otros refrigerios salados tienen MSG [Glutamato: Sal del ácido glutámico], lo que significa un dolor de cabeza instantáneo.
Lo que nos gusta:
¡El coco! La leche, el jugo, la pulpa, etc –todas sus partes. Hago harina con la pulpa y con ella hago pan de banano/ahuyama para nuestros refrigerios diarios, y brownies en ocasiones especiales. Es un alimento increíble y muy útil.
Abundantes frutas frescas: Pitaya y papaya se mantienen en la parte superior de mi lista; las piñas de Sulawesi también son deliciosas. Hay especias frescas en todas partes; por nombrar algunas: jengibre, cúrcuma, clavo de olor, hierba de limón, pimienta, nuez moscada, canela, anís estrellado, y un montón de diferentes raíces desconocidas que se parecen al jengibre, pero si sucede que las usas en lugar del jengibre, arruinarás tu comida. Pescado –a veces ves variedades de Buscando a Nemo al lado de la carretera, cerca de la costa, pero generalmente nos atenemos a lo básico. Verduras –puedo estar equivocada, pero creo que cualquier cosa que sea verde y crezca aquí, puede ser cocida al vapor, frita o mezclada con leche de coco. Semanalmente nuestra dieta de vegetales se compone de helechos, flores de papaya, batatas verdes, coles, espinacas, y otras cosas para las que no tenemos nombres en español.
Intercambios saludables. Cuando llegué aquí, tenía una provisión de suplementos para un año que sin duda necesitaba. Después de un rato, nos dimos cuenta de que iba a ser imposible adquirir más. Tendría que ir a Singapur y pagar un ojo de la cara, además no se permite enviarlos en paquetes. En primer lugar, tuvimos que orar al respecto; y luego probamos con una lluvia de ideas sobre cómo mantenernos sanos. Más allá de mantener la comida frita a un mínimo, lo cual sinceramente es difícil ya que es fácilmente adquirible y deliciosa, intentamos aumentar las verduras. Pero también tienes que cuidar la cantidad de productos crudos que comes porque entonces podrías adquirir amebas u otras cosas repugnantes. Lo principal que hicimos fue concentrarnos en nuestro hígado y los intestinos. Estos son los que reciben los mayores golpes y también constituyen nuestra primera línea de defensa. Tenía una opción, podía pagar $60 dólares en línea por una botella importada de probióticos que me produciría gases y solamente duraría un mes, o podía empezar a elaborar algunas cosas en mi despensa. Decidimos volver a introducir kombucha [variedad de tés] y agua de kéfir [tipo de yogur] en nuestra dieta; realmente fue bueno para todos. Todos los ingredientes son fáciles de conseguir (¡también conocidos como sostenibles!): agua, té y azúcar para el kombucha, y el kéfir lleva azúcar y agua. Esto mantiene limpio nuestro hígado y los intestinos llenos de bacterias buenas. Además, tener algo refrescante para tomar en temperaturas calientes es muy agradable. Traté cada cosa a la vez hasta que encajó en nuestra rutina normal sin ser una molestia. Elaborar continuamente kombucha es muuuy fácil, además parece que naturalmente permanece libre de microbios.
También he intentado fermentar saurkraut y salsa picante estilo sriracha (pagué menos de $3 dólares por un kilo de pimientos medianos y algo de sal). También probé con gaseosa de jengibre y tuve algunos resultados muy extraños –algunos deliciosos, otros no tan deliciosos; probablemente lo volveré a intentar pronto.
Así que, como pueden ver, de hecho estamos comiendo bien y disfrutando los intercambios. Agradecemos por cada día que nuestros estómagos están llenos, aunque sabemos que para la mayoría de los que nos rodean no es el caso. Oramos para que el privilegio de tener estómagos llenos nos recuerde la necesidad de ser diligentes para permanecer concentrados en nuestros estudios y un día poder comunicar la verdad a los que nos rodean en cuanto a Aquel que en última instancia puede satisfacer al alma que tiene hambre.
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