GRANDES LETRAS ROJAS
23 de julio, 2016
“Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti ha confiado. Confiad en Jehová perpetuamente, porque en Jehová el Señor está la fortaleza de los siglos”
Isaías 26:3-4
Un par de días antes de nuestra partida de Spokane, una querida cuñada me entregó la página arrancada de un periódico con este versículo escrito en ella con grandes letras rojas. Era su oración por nosotros en un tiempo de cambios, y se convirtió en mi oración durante los siguientes días de empacar, salir y viajar.
Completa paz. Algo que parece tan imposible en nuestro mundo de violencia y sufrimiento.
Una mente que está fija en Él. Algo que parece tan imposible en nuestro mundo de constantes distracciones.
Confianza y sumisión eternas. Algo que parece tan imposible en nuestro mundo de desconfianza y engaño.
Sin embargo, si yo creo que la Palabra de Dios es veraz y que Él siempre cumple Sus promesas, tengo que creer que esas cosas realmente son posibles. Posibles con un Dios que se complace en las imposibilidades.
Y sí, experimentamos paz en medio del caos de empacar, paz en el auto de camino al aeropuerto de Seattle, paz mientras sosteníamos a nuestros hijos dormidos en el avión, paz mientras esperábamos oír acerca de la situación de nuestras visas, paz mientras nos hemos mudado a nuevos lugares para vivir y a una cultura que se siente nueva en muchos aspectos.
¿COMPLETA paz? ¿Una mente que persevera en Dios? ¿Una confianza inquebrantable? No, todavía estoy trabajando en eso. Pero definitivamente una paz y una confianza que fueron superando todas las circunstancias que parecían gritar “¡es una locura!”
Hablando de esas circunstancias, esto es lo último, si no lo has oído todavía: Estaremos en Alemania hasta enero de 2017 porque nuestras visas de residencia y nuestros permisos de trabajo no fueron aprobados a tiempo. Así que ahora estamos buscando una iglesia con la cual relacionarnos y ministerios para ocuparnos durante nuestro tiempo aquí. También nos mudaremos a una casa más permanente aproximadamente dentro de dos semanas.
Abrazos desde Alemania de los Anyan ?
FRAMENTOS DESDE ALEMANIA: EL IDIOMA IMPORTA
22 de septiembre, 2016
“Mamá…” Elias me miró con una cara de concentración y determinación. Después de una larga pausa, muy clara y muy lentamente, preguntó: “Wo gehen wir hin?”
John y yo comenzamos a animar y aplaudir a nuestro pequeño aprendiz del idioma. Después de recordarles a nuestros muchachos en innumerables ocasiones que esa es la forma correcta de decir en alemán: “¿Hacia dónde vamos?”, y después de corregir cada variación con que pudieran salir (Wohin wir gehen? Wohin wir gehen hin? Wir wohin gehen? Wo wir hingehen? …), estábamos muy emocionados con este hito en el aprendizaje del idioma.
Criar hijos bilingües ha sido un viaje muy gratificante, aunque a veces difícil, para nuestra familia. Lo que sin duda hemos aprendido de nuestra experiencia personal y de familias bilingües de diferentes partes del mundo es lo siguiente:
El aprendizaje de idiomas no ocurre automáticamente; ni siquiera en los niños.
A menudo escuchamos decir que los niños solo “absorben el idioma”, y que tendrán fluidez antes que nosotros sepamos cómo pedir pizza en el nuevo idioma. A pesar de lo cierto del hecho de que la ventana ideal para el aprendizaje de idiomas abarca los años de la infancia, esta creencia común socava la exposición deliberada que se necesita para permitir que cualquier niño aprenda otra lengua. Si llegamos a África y los chicos hablan alemán en el hogar, inglés en la escuela, e inglés con sus amigos… adivinen qué, por arte de magia no se van a convertir en hablantes del swahili con fluidez. Los dos factores cruciales en el aprendizaje de un idioma son: exposición adecuada y la necesidad de aprenderlo.
Exposición + necesidad. ¿No necesitamos lo mismo cuando queremos aprender el idioma de Dios? ¿Aquel que usa para hablar con nosotros? ¿El que usa para comunicar Su voluntad para nuestras vidas? Un amigo sabio me dijo una vez: “Dios habla a diferentes personas de manera diferente. Piensa en cómo se ha revelado Dios a ti en el pasado”. Este consejo sencillo pero profundo me ha ayudado a crecer en la comprensión de cómo se comunica Dios. Me ha ayudado a ser más docto en el lenguaje de Dios.
Entonces, ¿qué necesitamos para convertirnos en estudiantes con fluidez en las palabras de Dios? Necesitamos estar expuestos a ellas; escucharlas, leerlas, cantarlas, hablar de ellas, respirarlas, vivirlas. Y necesitamos sentir que las necesitamos; ansiarlas, desearlas, depender de ellas, tener sed de ellas.
Esforcémonos por ser más letrados en el hablar de Dios. Escuchemos, practiquemos y aprendamos hasta que nuestros oídos y nuestras mentes estén sintonizados para oír Su voz y entender Su lenguaje. Aun si se requiere de innumerables intentos para hacerlo bien.
EL CUMPLEAÑERO
30 de septiembre, 2016
—¿Cuál es tu nombre? —le preguntó Elias al niño de más edad en la caja de arena.
—Noah. ¿Y el tuyo? —respondió el chico.
—Elias.
Escuché y sonreí; era la primera vez que nuestro hijo se presentaba con su nombre verdadero —Elias (pronunciado al estilo alemán). Antes de eso, él estaba muy convencido de que su nombre real era Li-Li y no se presentaba de otra manera.
Hace tres años nació en este mundo nuestro lindo y gordito Elias. Y ahora este bebé enérgico, apasionado y siempre voraz está cumpliendo tres años y finalmente sabe que tiene un nombre real que no consiste de una sola sílaba repetida. ¡Feliz cumpleaños, muchachote!
Elias sigue siendo lindo, pero definitivamente ya no es gordito. Sigue siendo tan enérgico, tan apasionado y tan voraz como cuando era bebé. Puede pasar de desternillarse de la risa a pisotear con ira en menos de dos segundos. En cuestión de minutos puede pasar de correr como un atleta de triatlón a observar atentamente una oruga. Puede pasar de abrazarme fuertemente a berrear varias veces cada hora porque quiere comida.
Para celebrar su vida tierna y plena, aquí está su primera entrevista de cumpleaños, grabada en su mezcla de idiomas preferida: principalmente alemán, con algunas palabras de inglés y espolvoreada con gramática.
20 Preguntas para Elias:
- ¿Qué edad tienes? “Drei!” (Levanta tres dedos)
- ¿Cuántos años tiene Mamá? “Hmmm…fuenfzehntausend.” (“Quince mil”. Gracias, amigo).
- ¿Cuántos años tiene Papá? “Fuenfzehntausend.” (Al menos Papá tiene la misma edad que yo).
- ¿Qué es algo que Mami te dice? “Still” (“Silencio”. ¡Vaya! El hecho de que Elias comenzara a reír histéricamente después de decir eso, me indica que no lo dijo totalmente en serio. Eso espero).
- ¿Qué te hace feliz? “Wenn Daddy teilen mit mich.” (“Cuando Papá comparte conmigo”).
- ¿Qué te entristece? “Wenn Daddy nicht teilen mit mich.” (“Cuando Papá no comparte conmigo”).
- ¿Qué te hace reír? “Wenn jemand so “pffffffff” oder burpsies, hahahaha!” (“Cuando alguien hace ruidos de elefante o eructa”…oh, humor infantil).
- ¿Qué es lo que más te gusta hacer? “Wasser trinken.” (“Beber agua”. Interesante respuesta).
- ¿Qué es lo que más te gusta hacer afuera? “Huepfen auf dem Trampolin.” (“Saltar del trampolín”).
- ¿Quién es tu mejor amigo? “Raebird und Bubby.” (Amor de primo [¡Es repugnante!]).
- ¿En qué eres muy bueno? “Huepfen! Flip!” (“¡Saltando! Dando volteretas”).
- ¿Cuál es tu historia favorita de la Biblia? “El arca de Noé”.
- ¿Cómo es Dios? “…wie Daddy” (“Como Papá”. Uy. Hay una aplicación teológica allí).
- ¿Cuál superhéroe quieres ser? “Makwa.” (El superhéroe que él inventó hace meses).
- ¿Cuál es tu comida favorita? “Oooooobst!” (Fruta. Él podría comerla durante todo el día).
- ¿Cuál es tu libro favorito? “Piratenbuch” (el libro del Pirata).
- ¿Cuál es tu canción favorita? “Lalalalalalaaaa” (comienza a cantar).
- ¿Cuál es tu color favorito? “Blau.” (Azul).
- ¿Cuál es tu animal favorito? “Baby Wolf, Baby Hundi, Baby Hasi.” (“Bebé lobo, bebé perrito, bebé conejito”. Veo un tema aquí).
- ¿Cuál es tu juguete favorito? “Mein Superman.” (Su figura de acción Supermán).
¡Dos años de edad!
¡Te amamos, Elias Michael!
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