Es una temporada difícil –¿orarás por la familia Mankins y sus ayudantes tobos?
Su trabajo con la gente tobo comenzó en el año 2002.
Chad y Janeene Mankins se mudaron a una aldea remota para vivir con la gente tobo y para amarlos mientras aprendían su cultura y su lengua, con la meta de compartir con ellos las buenas nuevas de Jesús. Junto con varios coobreros, a lo largo de los años, la familia Mankins ha amado y ministrado a sus amigos tobos en medio de alegrías y adversidades.
Esta travesía ministerial no ha sido fácil. Chad y Janeene han tenido graves quebrantos de salud en varias ocasiones, y algunos de estos episodios los han alejado de su hogar en la selva por un tiempo. Hace varios años, Chad tuvo que enfrentar un cáncer que requirió de una serie de cirugías en Estados Unidos. Más recientemente, tuvieron que sufrir robo y vandalismo en su casa —seis veces en el año pasado.
Pero aún más difícil, comenta Chad, ha sido ver “el rechazo generalizado del Evangelio y la deserción de algunos creyentes profesantes debido a varios problemas como orgullo, inmoralidad, codicia y robo”.
En la ahora reducida iglesia tobo, un puñado de creyentes permanece firme para Cristo en medio de una gran presión cultural para que se aparten. Chad está agradecido de poder afirmar que la gracia de Dios los está sosteniendo en Su verdad.
Entre estos pocos creyentes firmes están los ayudantes tobos de los Mankins, Ámbox y su esposa Nailen. Esta pareja, viendo la apatía y el corazón duro de su propia aldea, ha expresado el fuerte deseo de ver si la gente tobo de otras aldeas está abierta a que misioneros vayan a vivir con ellos, alfabeticen y, finalmente, compartan el Evangelio.
“Nos unimos con Ámbox y Nailen con el objetivo de inspeccionar otras aldeas donde también podríamos continuar trabajando en la traducción de la Biblia al tobo y, si el Señor lo permite, ver el nacimiento de otra iglesia tobo —esta vez con un nivel de madurez que evangelice otras aldeas”, explica Chad.
Su buen amigo Ámbox, observa Chad, se ofreció para ayudar en el ministerio cuando salieron los últimos coobreros de los Mankins. “Ámbox tiene un gran deseo en su corazón de que la gente tobo oiga y conozca la verdad. Él se mantiene constantemente en la Palabra y también estudia y se prepara bastante”.
El amor de Ámbox por la Palabra de Dios y su diligencia para estudiar se echan de ver cuando enseña lecciones bíblicas casi sin mirar sus notas. “Él es un hombre humilde y de voz suave que ha dejado que Dios le dé la fuerza para seguir adelante, en contra de su personalidad y su cultura, y para confrontar creyentes que se han apartado de la verdad”, comenta Chad. “¡Su espíritu paciente, perseverante, enseñable y amable ha sido un gran testimonio y un ánimo para mí!”.
Las tristezas y decepciones profundas sin duda han tenido una gran parte en su ministerio con la gente tobo, comparte sinceramente Chad. Una aldea que visitaron recientemente pareció prometedora al principio como un nuevo sitio de evangelización. Es una comunidad remota situada aproximadamente a seis horas de camino desde la aldea original.
“Ámbox y yo hicimos primero un viaje de reconocimiento en enero y encontramos un fuerte interés espiritual”, comenta Chad. “Luego, en el viaje de seguimiento de este mes, este sitio donde estábamos esperando que habría una invitación para que se mudaran nuestras dos familias, repentinamente se cerró para nosotros debido a la oposición e influencia de líderes religiosos locales”.
“Ésta es una batalla espiritual”, enfatiza Chad. “Necesitamos que la gente ore específicamente por nosotros y por Ámbox y su familia, ya que somos blancos en esta batalla. Necesitamos perseverancia, protección y ánimo en tantas cosas que podrían hacernos salir del ministerio. …Necesitamos oración por aguante para esperar y para descansar en el tiempo de Dios mientras Él prepara nuestros corazones para futuro ministerio”.
“Estos días confirman verdaderamente el hecho de que no estamos hablando de dientes para afuera en cuanto a nuestra necesidad de apoyo en oración. La solicitud de que oren por nosotros no es simplemente un ‘cliché misionero’”, urge Chad. “Aunque hemos sido decepcionados nuevamente con la última respuesta, nuestros corazones permanecen esperanzados con futuras puestas abiertas. ¿Te unirás a nosotros en oración para ver cómo obra Dios?”.
Chad sabe con profunda certeza que Dios no ha terminado con la gente tobo. “Pero necesitamos personas que se unan a nosotros en oración por esta gente querida”.
¿Y cree él que tus oraciones realmente harán una diferencia?
“Es muy importante para nosotros”, responde Chad. “Si nosotros sabemos que la gente está orando, sabemos que no estamos solos en este ministerio”. Hablando también por Ámbox y su familia: “Es muy alentador para ellos oír que la gente de otros lugares del mundo está orando por ellos; sin dichas oraciones nos sentiríamos muy solos”.
Dios mismo tranquiliza poderosamente sus corazones con Su Palabra, les dice que Él está obrando, comparte Chad, citando uno de sus pasajes favoritos de promesa durante esta temporada difícil:
¿No has sabido, no has oído que el Dios eterno es Jehová, el cual creó los confines de la tierra? No desfallece, ni se fatiga con cansancio, y su entendimiento no hay quien lo alcance.
El da esfuerzo al cansado, y multiplica las fuerzas al que no tiene ningunas.
Los muchachos se fatigan y se cansan, los jóvenes flaquean y caen;
pero los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán.—Isaías 40:28-31