La misionera Robyn Green, quien sirve como asociada de NTM, enseña matemáticas y ciencias para proclamar las virtudes de Dios. Su versículo favorito es 1 Pedro 2:9: “Mas vosotros sois linaje escogido… pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable”.
Robyn, una maestra para hijos de misioneros, actualmente está en su tercer año de enseñar matemáticas y ciencias para bachillerato y también ciencias para primaria. Ella piensa regresar el próximo año para un cuarto año de enseñanza. “Después de eso”, informa Robyn, “no sé cuál es el plan de Dios para mí, pero puedo decir con sinceridad que para mí, Papúa Nueva Guinea es mi hogar”.
Robyn tiene un corazón para misiones que fue cultivado y nutrido durante toda su vida. Viajó mucho cuando era niña y su familia apoyaba misiones en el extranjero. Siendo adolescente, fue a Brasil y a México en proyectos de misiones, y aun en ese entonces Robyn dice que sintió que las misiones “eran una parte del plan más grande de Dios [para mi vida] y de la pasión que Él me había infundido”.
En la universidad, Dios expandió sus horizontes por medio de su involucración en varios ministerios de evangelización. En uno de ellos, dice Robyn, “[llegué] a entender mejor la misión de alcanzar a los no alcanzados y escuché por primera vez acerca de NTM”.
Al mismo tiempo, Robyn se graduó y comenzó a enseñar y a hacer los estudios de posgrado, “sin saber realmente en ese entonces en qué manera la educación encajaba en misiones tribales”. Durante esos años, Robyn tuvo la oportunidad de conducir varios proyectos de misiones a México y se emocionaba de participar financieramente en el ministerio de varios misioneros.
“Yo estaba inquieta”, expresa Robyn, “pero tenía una paz y una confianza de que la situación en la cual me encontraba era ordenada por Dios”.
Durante este tiempo, ella fue elevada a un puesto en la administración distrital. “Adquirí un nuevo conjunto de destrezas”, comparte Robyn; Dios siguió acrecentándola para Su gloria, “profesional y relacionalmente”.
Debido a cambios presupuestarios en el distrito escolar donde trabajaba, Robyn comenzó a perseguir con más atención su largamente albergado interés en misiones en el extranjero. “Exploré varias organizaciones y sus necesidades pero quedé convencida de NTM”, comparte ella. “Su énfasis como entidad en plantar iglesias entre grupos étnicos no alcanzados estaba en línea con la pasión que Dios me había dado”.
Y Robyn descubrió pronto que NTM tenía una necesidad de misioneros para cumplir funciones tales como maestros, profesionales informáticos y especialistas de la construcción.
Cuando le pregunté cuáles eran los desafíos más grandes para ella ministrar en Papúa Nueva Guinea, Robyn compartió sinceramente de su corazón: “Es difícil estar tan lejos de la familia y los amigos. Extraño la relación tan estrecha que mantenía con ellos… los textos frecuentes, los almuerzos espontáneos. Quisiera estar cerca de mi familia y compartir con ellos las alegrías y las luchas de su vida cotidiana”.
Además de esto, añade ella, figuran los desafíos normales de su trabajo como maestra.
Pero Robyn no tarda en resaltar las recompensas y alegrías de su ministerio. Ella se siente profundamente bendecida al ser parte de una comunidad estrechamente relacionada en la comunidad misionera de NTM en Papúa Nueva Guinea.
“Tengo buenos amigos aquí, y todos compartimos la misma pasión [de servir al Señor]. Nos tratamos como familia y nos cuidamos unos a otros; Dios usa estas personas para amarme y hacerme madurar espiritualmente”.
Ella también ha adquirido nuevas perspectivas enriquecedoras sobre misiones. Robyn añade: “Estoy agradecida de poder ver tan cerca la obra de las misiones tribales, y de ver la forma en que la Iglesia como un todo apoya la extensión del Evangelio hasta los fines de la tierra”.
Robyn ha sabido durante mucho tiempo que ella ha sido escogida por Dios para proclamar Sus virtudes, tal como dice su versículo favorito de 1 Pedro. Su gozo es vivir, día a día, el cumplimiento de los propósitos de Dios en su vida con el fin de que Él sea glorificado mediante la propagación de las buenas nuevas de esperanza y redención en Jesucristo hasta los más apartados grupos étnicos del mundo que no hayan sido alcanzados.