Todo comenzó hace años con un viaje de misiones para alumnos de bachillerato a una selva sudamericana.
Andy y Jenny sólo eran amigos en ese entonces —amigos con un interés común, un interés que se intensificó como resultado de ver de primera mano en ese viaje de misiones la necesidad de impactar con la Palabra de Dios a la gente no alcanzada.
“Nos dimos cuenta que una persona que vive en lo profundo de una selva no va a encontrar inesperadamente la verdad de la Palabra de Dios un día”, explica Jenny; “ésta tiene que ser entregada en forma personal”.
Andy y Jenny fueron profundamente impactados por ese viaje. “Andy salió con la sospecha persistente de que éste era el ministerio al que el Señor estaba guiándolo. Yo salí determinada a dedicar mi vida para alcanzar a las personas olvidadas y menos alcanzadas del mundo”, comenta Jenny.
Ambos se graduaron de bachillerato y se separaron por distintos caminos durante un tiempo. Pero cuando se volvieron a encontrar y comenzaron a compartir sus metas, se dieron cuenta que ambos aún tenían un fuerte deseo de responder al llamado de Dios para ministrar a personas no alcanzadas.
Andy y Jenny se casaron pronto y comenzaron su vida juntos —trabajando durante muchas horas, obteniendo buen dinero, teniendo tres hijos y construyendo una casa más grande. “Fuimos absorbidos por la rutina de la vida familiar”, observa Jenny.
Pero siempre tenían recordatorios del deseo de sus corazones por ministrar y estímulos de amigos que les preguntaban cuándo iban a comenzar la capacitación misionera.
“Un día Andy regresó a casa del trabajo y me dijo que había recibido respuesta y que íbamos a mudarnos a Waukesha, Wisconsin, para empezar a estudiar en el curso bíblico”, informa Jenny.
Aunque ella estaba totalmente de acuerdo con que Dios estaba guiando a su familia a hacer esto, la realidad del traslado la impactó mucho.
“Tuve que luchar con temores y ansiedades pero Dios en Su gracia estuvo conmigo en ese tiempo y me dio la seguridad de que nosotros nunca enfrentaríamos una prueba que no pudiera ser usada para glorificar a Dios”, comparte Jenny.
Hubo muchos desafíos; dos semanas antes de la fecha de su partida, ellos aún no tenían dinero para los pagos del curso y no tenían trabajo en Wisconsin. La familia que había planeado tomar en arriendo su casa cambió de parecer a última hora. La gran venta de garaje que programaron para reunir dinero con la venta de sus muebles y algunas otras cosas grandes, tuvo que ser cancelada por causa de la lluvia y fue una decepción deprimente.
“Terminamos regalando la mayoría de nuestras cosas”, comparte Jenny. “Teníamos la certeza de que Dios estaba detrás de esta mudanza, pero estaba aumentando nuestra inseguridad en cuanto a cómo proveería Él una salida para nosotros”.
Mientras Jenny empacaba las cosas unos días antes de su partida, alguien tocó a la puerta. Era una mujer cuya familia quería tomar en arriendo la casa de ellos.
Más tarde en ese día, Jenny fue a recoger el correo y halló un cheque generoso del ministerio juvenil en el que ella y Andy habían participado en bachillerato. Fue suficiente para pagar toda la matrícula inicial del curso bíblico. Unos minutos más tarde, la secretaria de la iglesia de ellos le dijo a Jenny que ella también había recibido varios regalos generosos para los Smith en el correo de ese día.
En un solo día, Dios había provisto ricamente para todas sus necesidades urgentes.
“¡Asombroso!”, dice Jenny.
Éste era sólo el comienzo de la historia de la obra fiel de Dios supliendo para la familia Smith. Ellos tienen muchas historias acerca de la provisión de muebles y finanzas para sus necesidades —en el momento justo.
“Tuvimos tiempos cuando no teníamos absolutamente nada de dinero y oramos como familia para que Dios proveyera”, comparte Jenny. “Nuestros hijos oraron con nosotros y llegaron a ver cómo fue provisto todo lo que necesitábamos. Su entendimiento de la provisión y el cuidado de Dios ha crecido a través de estas experiencias”.
Andy y Jenny tienen ahora cuatro hijos, de 9, 8, 5 y 3 años de edad. Ellos están agradecidos por el cuidado de Dios para su familia en muchas maneras extraordinarias, pero se sienten aun más agradecidos por las maneras en que la confianza de sus hijos en Él ha crecido a medida que ellos lo han visto proveer.
La familia Smith actualmente se está preparando para partir hacia la región del Pacífico Asiático para hacer lo que ambos han anhelado desde que estaban en bachillerato —alcanzar personas que nunca han tenido la oportunidad de oír claramente el Evangelio en su propia lengua y compartir con ellas las buenas nuevas de Jesús.
Recientemente ellos celebraron el cumpleaños de su hijo de 5 años. Cuando Jenny le preguntó cómo se sentía al tener cinco, él respondió: “¡Fabuloso! ¡Toda mi vida estuve esperando esto!”.
Y sonriendo, Andy y Jenny entienden ese sentimiento muy bien.
Ellos están confiados en el fiel amor y el plan de su Padre celestial mientras esperan en Él. La larga temporada de preparativos se está acercando al final y ellos están listos para celebrar la bondad de Dios cuando Él los establezca en el ministerio que Él ha planeado para ellos y use poderosamente a su familia en Su plan de alcanzar pueblos que aún están esperando oír las buenas nuevas de Jesús.
“Esta oportunidad es la que siempre habíamos esperado”, comenta Jenny. “Ahora tenemos una puerta abierta y vamos a seguir a donde quiera que Él nos lleve”.