En un solo país se hablan 860 idiomas distintos.
Con todos los idiomas que hay en este solo país, parece una Babel.
Es difícil comprender cómo reconoce Dios los límites de los idiomas, pero es claro que Él le dio a Su Iglesia la oportunidad y el privilegio de alcanzar a cada uno con Su Palabra escrita.
Mike y Sandy Mikolavich informan que hay aproximadamente 860 idiomas distintos aquí. Eso es más de lo que hay en cualquier otro país de la tierra.
Esto implicaría que existe al menos ese mismo número de grupos étnicos o tribus que hablan su propio idioma. Éstos pueden tener algunas semejanzas estrechas o coincidencias, pero sin la Palabra de Dios en su propia lengua, para ellos es difícil entender la Verdad.
Mike informa: “No sabemos dónde traza Dios las líneas en términos de límites lingüísticos y límites étnicos. Nosotros los humanos tenemos nuestras definiciones lingüísticas en cuanto a qué determina que lo que se habla es una diferencia dialéctica, una diferencia lingüística, qué lenguas semejantes hay en la misma familia lingüística, etc. Es muy parecido al reino animal, en el cual las diferencias son definidas.
“Por ejemplo, el idioma lamogai, donde Sandy y yo seguimos ministrando, hace parte de la familia lingüística mayor austronesia, la cual va desde Madagascar, al este del continente africano, atravesando mares y el Pacífico hasta la Isla de Pascua. Dentro de esta familia mayor austronesia hay grupos más pequeños, incluyendo divisiones y subdivisiones, los cuales tienen características comunes, hasta que se toma un idioma específico (definido por nosotros los humanos). Y dentro de ese idioma puede haber dos o más dialectos”.
Se entiende en las Escrituras que al menos algunas personas de cada grupo étnico, tribu, lengua y nación serán incluidas en el reino de Dios.
Para obedecer Su mandato de ir a todo el mundo y predicar las buenas nuevas a todas las personas se debe hacer una evaluación de estos grupos. Esto ayuda a determinar dónde se deben ubicar misioneros después, pero implica hacer muchos viajes en el país.
Significa observar las condiciones del mar y de los vientos porque los viajes no se hacen solamente por tierra y aire sino también por agua.
Nunca faltan las demoras en este proceso.
últimamente este campo ha tenido una gran escasez de pilotos y mecánicos. Eso significa un acceso muy limitado a los aviones de la misión para hacer los viajes. Conseguir ser puesto en la lista para recibir el servicio, aunque sea una sola vez al mes, ha sido difícil porque es cierto que “los obreros son pocos”, como dijo Jesús en Mateo 9:36-38.
Con frecuencia las embarcaciones son sobrecargadas y las condiciones adversas del mar causan situaciones trágicas que acarrean demoras. Aunque siempre se puede conseguir otra embarcación, podría tratarse simplemente de un bote hinchable o de fibra de vidrio para viajar en aguas turbulentas de una isla a otra.
En estos botes se viaja con personas que llevan toda suerte de cosas para comerciar o cosas que han comprado para llevar a casa, usualmente eso hace que no haya un sitio para resguardarse del sol ni para sentarse. Siempre hay muchachos con madres que los sostienen para evitar que caigan por la borda.
Viajando por carretera y caminando a través de montañas empinadas, pueden hallar un hogar en el cual les ofrecen bondadosamente un sitio. Eso puede significar tener que dormir en el limbum o piso de palma.
Cuando conocen nuevas personas, ellos siempre esperan que los líderes del clan y los dueños de la tierra de la mejor aldea le pidan al nuevo equipo de NTM que vaya a vivir allí y construya una casa.
¿Crees tú las Escrituras que dicen que los obreros son pocos? ¿Qué parte tienes tú en la respuesta a la oración que Jesús nos dijo que hiciéramos, para que “el Señor de la mies envíe obreros a Su mies?”.