Las oraciones de iglesias e individuos en América fueron respondidas en una aldea tamán.
El mes pasado, la misionera Lois Manda les pidió a los hermanos que la respaldan en oración en Estados Unidos que oraran por la iglesia de la etnia tamán, y específicamente por Gaing y su esposa Rami. Poco tiempo después, Rami regresó a la iglesia tras una ausencia de varios meses.
Los problemas de Gaing y Rami empezaron hace muchos años. Ambos profesaron públicamente ser creyentes, pero Gaing no abandonó las prácticas culturales que le impedían crecer en Cristo. El beber alcohol es una parte muy integral de la cultura tamán.
“Hace unos seis meses, nosotros comenzamos a ir regularmente a la casa comunal de Gaing y Rami para trabajar con la cuñada de Gaing en la traducción de un set de historias bíblicas para niños al idioma tamán. Estos dos hermanos, Gaing y su hermano, y sus familias viven en apartamentos que están uno al lado del otro en la casa comunal”, informó Lois.
Cuando Lois y su esposo Steve veían a Rami, ella siempre se alegraba de verlos. Pero a medida que ella se fue desanimando, su asistencia a la iglesia se volvió más y más esporádica.
“Hace varios meses”, comenta Lois, “mientras bajábamos el porche de la casa comunal, Gaing se acercó a Steve y empezó a hablarle en forma agresiva. Era evidente que él había estado bebiendo. No paraba de hablar acerca de que iba a regresar a Satanás. Su esposa, detrás de él, nos indicaba que él no sabía de qué estaba hablando. Otra noche, cuando estábamos en el apartamento del hermano de Gaing, podíamos escuchar que él estaba ebrio y enfurecido en el apartamento contiguo. Rami parecía desanimarse más y más en cuanto al hábito de beber de Gaing y finalmente dejó de asistir a la iglesia por completo”.
Luego, Lois pidió que las iglesias en Estados Unidos oraran por Gaing y Rami; y unos pocos días después, Rami asistió a la iglesia.
Lois le preguntó por qué había venido a la iglesia esa mañana, siendo que hacía mucho tiempo que no venía. Rami dijo que cuando se levantó esa mañana no tenía el propósito de asistir a la iglesia. Pero después, repentinamente le vino el pensamiento de que ella nunca le daría la espalda a su madre o a su padre, y que no debía darle la espalda a Dios —debía ir a la iglesia. Por lo tanto, vino. Y estaba muy feliz de haberlo hecho.
Fue una respuesta directa a las oraciones que se hicieron en el otro lado del mar. Rami le dijo a Lois que ella nunca renunciará a Dios. Lois la animó a dejar que el Espíritu Santo le hable a Gaing y use su vida como un testimonio para él.
“Los creyentes apreciarían las oraciones de otros —ellos son un grupo muy pequeño, pero sus vidas están resplandeciendo en la tenebrosa cultura en que viven”, comenta Lois.