Cuando un misionero empezó a estudiar la Biblia temprano en la mañana de ese lunes, no imaginaba que Dios estaba enfocando su corazón en una verdad muy específica por una razón muy particular.
Él estaba estudiando una característica que él sabía que debía ser visible en la vida de todo creyente: un corazón totalmente fiel e íntegro con el Señor.
Mientras leía varios pasajes de las Escrituras, comenzó a preguntarse: ¿Tengo yo un corazón verdaderamente fiel e íntegro en mi devoción hacia Dios?
Y en esa misma mañana, comenta él, “el Señor me dio una lección y una prueba prácticas en cuanto a eso”; y llegaron precisamente enseguida del desayuno.
“Nosotros recibimos un correo electrónico con la noticia de que el buque de carga que transportaba nuestras pertenencias desde la región del Pacífico Asiático hasta Alemania, se había partido en dos debido a una tempestad y se había hundido en el Mar Arábigo con 1700 contenedores a bordo”.
El ministerio de domicilio permanente en la región del Pacífico Asiático se había terminado para el misionero y su esposa. Con el liderazgo de la iglesia local transferido ahora a tres ancianos, ellos han regresado a su hogar en Alemania.
Él informa: “Nosotros salimos de Alemania hacia la región del Pacífico Asiático hace doce años y medio, con dos talegas y dos maletas”.
Hace tres semanas, comenta él, ellos enviaron varias cajas de madera llenas con las pertenencias que tenían en ese entonces; su biblioteca de libros en tres idiomas, sus biblias de estudio con años de anotaciones en ellas, todos los utensilios de la cocina, su ropa, las herramientas, las cosas de la oficina, y fotos preciosas y regalos que algunos creyentes les habían dado a través de los años.
Afortunadamente, toda la tripulación abandonó el barco antes que éste se hundiera y sobrevivió. Pero todas las posesiones de la pareja están en el fondo del mar.
“Obviamente”, dice él, “el accidente del barco tenía el propósito de enseñarnos a no poner nuestro corazón en cosas terrenales”. Al contrario, ahora más que nunca, esta pareja desea tener corazones total e íntegramente enfocados en el Señor.
“Y considerando esto”, añade él, “realmente es una razón para dar gracias a Dios y para estar felices”.
Él comparte 1 Tesalonicenses 5:18: Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús.
Es mucho más fácil hacer esto, comenta él, cuando Dios te enseña una poderosa lección acerca de tener un corazón íntegro.