Unos días después que Lois Manda le pidió a la gente que orara por Gaing y su esposa, Rami, ésta vino a la reunión de la iglesia. Rami dijo más tarde que ella nunca renunciará a Dios. Lois la animó a dejar que el Espíritu Santo le hable a Gaing y use su vida como un testimonio para él. “Los creyentes apreciarían sus oraciones —ellos son grupo muy pequeño, pero sus vidas están resplandeciendo en la tenebrosa cultura en que viven”, informó Lois.
