Hace varias semanas, Kulut, un hombre joven de la etnia pal, se enfermó gravemente. A medida que pasaron los días, empeoró.
Kulut es un ayudante de idioma de la tribu pal, él ayuda a los misioneros en proyectos de traducción. Recientemente se unió a la clase de alfabetización para los pales.
Pero Kulut aún no ha oído el Evangelio. Primero, el idioma pal debe ser estudiado diligentemente y cuidadosamente dominado para asegurar que las buenas nuevas de la Palabra de Dios acerca de Jesús sean compartidas con claridad y exactitud.
Repentinamente, Kulut desapareció misteriosamente de su aldea.
Él no fue a una clínica médica; no intentó buscar un médico. Debido al folclore y el animismo arraigados en Kulut a lo largo de toda su vida, estaba absolutamente convencido que los espíritus de su aldea lo estaban haciendo enfermar.
En su mente, sólo había una solución. Kulut sentía que debía escapar de esos espíritus, explica el misionero Chris Hostetter.
Ignorando que Kulut se había marchado, Maggie, la esposa de Chris, fue a visitarlo y a averiguar cómo seguía. Sólo hasta ese momento se enteró que él no estaba en ningún lugar.
— “¿A dónde se fue Kulut?” le preguntó Maggie a la madre de éste.
— La madre de Kulut respondió, bajando el volumen de su voz hasta hacerla casi inaudible, y murmuró el nombre de una aldea vecina.
— “¿Por qué estás susurrando?” le preguntó Maggie.
— “Los espíritus no deben oír dónde está él”, le dijo la anciana. “De lo contrario, lo encontrarán y nunca se mejorará”.
“Atravesar barreras en la cosmovisión de los pales ha sido muy difícil”, informa Maggie. “Hay atención médica disponible, pero ellos no la buscan porque no cabe dentro de su sistema de creencias”.
Chris y Maggie esperan y oran fervientemente para que cuando la Palabra de Dios empiece a penetrar en los corazones y vidas de la gente pal en los meses futuros, muchas cosas cambien en la pequeña aldea. Ellos oran para que el Evangelio permee el núcleo de la cultura pal y transforme corazones y mentes para que la gente de esta etnia y sus futuras generaciones sea liberada para vivir en la luz y la esperanza de Cristo.
Ellos saben que la verdad de la Palabra de Dios penetra en corazones y culturas con poder y libertad, liberando a la gente de la esclavitud de sombríos y antiguos temores. Este conocimiento anima a los Hostetter a perseverar en esta labor que a menudo es difícil, batallando con la nostalgia, los senderos lodosos, el desánimo y el aislamiento.
Les pregunté a Chris y a Maggie qué les motiva a seguir adelante cuando las cosas son difíciles.
“Somos constreñidos”, comparte Chris, “al ver que la gente está viviendo en tinieblas y porque anhelamos que ellos lleguen a conocer a nuestro Salvador”.
Ellos son movidos a compartir con la gente pal la verdad que los hará libres. Porque saben que la redención que es en Jesucristo quitará para siempre la desesperada necesidad de huir –o de susurrar con temor.