El crecimiento de la joven iglesia yembiyembi fue acelerado por el duro trabajo y las muchas horas que Brooks y Nina Buser, y sus coobreros Tim y Courtney Shontere, invirtieron durante más de nueve años
Normalmente Tim se levantaba a las 3:30 de la mañana y trabajaba ininterrumpidamente en la alfabetización hasta que el calor era demasiado intenso para continuar. El sudor caía de sus brazos al teclado de la computadora.
Usualmente Brooks se levantaba a las 4:30 a.m. y trabajaba incansablemente con el equipo de traducción para verter las Escrituras al idioma yembiyembi a fin de que la enseñanza pudiera comenzar.
Después de terminar de alfabetizar, Brooks y Tim enseñaron fielmente, día a día, hasta que un grupo de yembiyembis entendió el mensaje del Evangelio y confió en Cristo como su Salvador.
Luego, mientras nutrían a los nuevos creyentes, Satanás empezó a tratar de sofocar la pequeña iglesia.
“Probablemente nuestra mayor lucha”, informó Brooks, “ha sido el constante antagonismo de los incrédulos que abiertamente rechazaron el Evangelio. Fue muy triste ver a algunos de ellos no sólo dando su espalda al mensaje sino tratando desesperadamente de apagar la joven iglesia mientras era tan pequeña y frágil. No obstante, Dios fue bueno y protegió y nutrió el rebaño a lo largo de esos primeros días y de la persecución que vino. Al final, no habría sido mejor de otra manera; la persecución empujó a la iglesia a crecer a buen paso, les hizo escudriñar la Palabra para resguardarse, y fue muy benéfico para la reputación y la posición de la iglesia en la comunidad”.
Cuando la iglesia creció, varios creyentes fueron bautizados. “Los hombres y las mujeres mostraron gran coraje para ser bautizados ya que había personas que querían clavarles lanzas por causa de su fe”.
Las tribulaciones perfeccionaron grandes hombres entre los creyentes yembiyembis.
“Zaqueo es una persona especial”, comenta Brooks, “no habla mucho, pero cuando cree en algo no desiste. El domingo pasado, cuando se puso de pie para dar su testimonio por haber sido nombrado como anciano de la iglesia, dijo: ‘Yo asistía a la enseñanza pensando que terminaría obteniendo “cargo” [riqueza material] y algunas otras cosas. Pero a medida que las lecciones bíblicas se hicieron más y más profundas, me di cuenta que no era un asunto de dinero sino de mi propia vida, era una historia de vida. Esta enseñanza me persuadió porque empezó en las raíces e hizo todo el recorrido hasta las hojas, es una enseñanza que tiene sentido, y yo creí y crucé (fui salvo)’”.
“Él ha estado con el agua hasta el cuello. Como es un hombre tan calmado, recibe mucha presión por parte de sus parientes incrédulos porque piensan que es débil, lo cual no es cierto, es todo lo contrario. Cada incidente grave de la vida parece fortalecer su fe y lo convierte en una columna más fuerte de la iglesia, él es un don de Dios para la iglesia yembiyembi”.
El progreso del ministerio entre los yembiyembis ha sido asombroso, desde construir su casa en 2004, hasta hacer la pista aérea, aprender el idioma, traducir, y muchas otras tareas del ministerio. El equipo mantuvo un buen paso hacia su meta, lo cual les permitió llevar el mensaje a la gente lo más rápidamente posible.
“Obviamente yo puse eso delante del Señor, y que nos mantuviera con buena salud, y hasta la agudeza y la persistencia de la gente yembiyembi, informó Brooks. “Recientemente Zaqueo, Maikel, Kelly, Job, y Robert fueron nombrados como ancianos de la iglesia, y Silas como diácono. Estos hombres y sus familias son increíbles; me gustaría que ellos pudieran contarte su testimonio y los obstáculos que han tenido que vencer para convertirse en líderes”.
Los creyentes yembiyembis tendrán pronto la Palabra de Dios en sus manos. Brooks tiene la esperanza de completar los chequeos finales y que en algún momento de este año se imprimirá el Nuevo Testamento.
Ora por Brooks y Tim mientras pastorean y guían la joven iglesia. Alaba a Dios con nosotros por aquellos que han permanecido fieles a pesar de todas las pruebas. Ora por los líderes de la iglesia a medida que asumen la responsabilidad del rebaño.