Es marzo, y Stephen y Ginger Jordan están alabando a Dios por la fortaleza y el aguante que le dio hace un año a Stephen para cruzar la largamente esperada línea de llegada. Este progreso finalmente le permitió empezar a enseñar la Palabra de Dios a la gente agutaynen.
Cuando Stephen y Ginger Jordan y su familia comenzaron el ministerio con la gente agutaynen en 2003, se dedicaron ansiosamente a estudiar la cultura y el idioma. Pronto adquirieron un dominio de la cultura y el vocabulario de los agutáynenes, y desarrollaron amistades significativas con muchos de ellos.
En 2005, los Jordan recibieron emocionados a Manfred y Nadine Zimmermann de Alemania. Manfred aprendió el idioma rápidamente y pudo empezar a enseñar en agutaynen en 2009.
Pero aunque Stephen trabajó muy duro en el estudio del idioma agutaynen, le costó trabajo aprenderlo. El desánimo lo asedió por años y a veces se preguntó si alguna vez lograría “dominarlo”.
A pesar de las demoras, por la gracia y la fuerza de Dios, trabajó con gran determinación hacia la meta de poder enseñar la Palabra de Dios a la gente que ellos habían llegado a amar.
Y el gozo estaba esperándole al final de la lucha. En marzo de 2012, Stephen alcanzó este día tan anhelado. Toda la familia Jordan celebró gozosa esta manifestación visible de la bondad de Dios.
“Un año después, para la gloria de Dios”, informa Ginger, “Stephen está dirigiendo tres estudios bíblicos en hogares, en compañía de tres creyentes agutáynenes. Más de doce familias están representadas en estos estudios”.
El impacto en la aldea es significativo.
“A medida que la Palabra de Dios está siendo proclamada semanalmente en los hogares de los agutáynenes, su cosmovisión está siendo desafiada”, comenta Ginger. “Ahora muchos están hablando contra sus propias tradiciones y supersticiones. Están reconociendo que esas cosas son de Satanás y no de Dios”.
Ginger dice que a medida que la gente agutaynen entiende y acepta las verdades de la Palabra de Dios, las tinieblas y mentiras en que han vivido están saliendo a la luz; esto se muestra cuando hacen preguntas difíciles y escrutadoras.
Las discusiones resultantes, informa Ginger, “revelan que entienden claramente el mensaje de la Biblia que está siendo enseñado y que desean conocer la verdad”.
Es emocionante ver la transformación que está ocurriendo en la aldea agutaynen donde viven los Jordan y los Zimmermann. Dios ha posibilitado, para Stephen y para Manfred, un ministerio concentrado y fiel para Su gloria.
Entonces este mes de marzo marca un feliz aniversario de los triunfos de la gracia de Dios.