“¡Constantemente estamos aprendiendo!” informan Francois y Nadia Hattingh.
Ellos explican que el enfoque actual del ministerio con la gente mwinika puede ser resumido en una palabra —discipulado.
Y no es comunicado mediante listas de cosas que deben hacer o sistemas de capacitación.
Francois dice: “Uno sólo puede dar a otros de lo que ha recibido primero: una relación personal e íntima con Dios”.
El enfoque, por consiguiente, no es tanto en “¿Soy un buen ejemplo?”, lo cual se centra en el comportamiento de la persona que está impartiendo el discipulado. Ni es primordialmente sobre “¿está haciendo él lo que le estoy enseñando?”, lo cual se centra directamente en la persona que está siendo discipulada.
En lugar de eso, explican ellos, “el enfoque debe ser en primer lugar sobre nuestra relación con Dios”.
“Lo que uno hace y la manera en que vive importan más que las palabras, los sermones o la enseñanza. …Los esfuerzos propios son deficientes y fracasan bajo presión. Necesitamos que el Espíritu Santo viva a Cristo en nosotros. …Nosotros no podemos, pero ¡Él puede!”.
Francois y Nadia comparten una aplicación reciente de este tipo de discipulado.
Se iba a regalar ropa. Usualmente estas ropas son seleccionadas y los mwinikas que están trabajando estrechamente con los misioneros las llevan para su propio uso.
Pero en esta ocasión ocurrió algo diferente.
“La respuesta de los mwinikas fue totalmente anormal para ellos” comenta Nadia. “El grupo de hombres decidió hacer una lista de las personas más pobres de la comunidad y que cada uno de ellos tomaría algo para darlo a una de esas personas”.
“No fue”, continúa ella, “una respuesta normal de los mwinikas, sino una respuesta muy semejante a Jesús”.
Mediante este acto de generosidad y desprendimiento, los hombres que están siendo discipulados demostraron que han crecido en Cristo.
Su deseo no sólo ayudó a las personas necesitadas de su comunidad. Ante todo, su bondad comunicó a Cristo en una manera poderosa a muchos que aún no lo conocen.
La transformación habla fuertemente; la oración de Francois y Nadia es “que veamos más y más mwinikas respondiendo en una manera semejante a Cristo que llegue a los que están perdidos”.