Alrededor del mundo los creyentes celebraron el nacimiento de Jesús.
Muchos pueblos tribales celebraron la Navidad por primera vez en este año. Cuando el entendimiento se aclara, quieren honrar al bebé que nació para llevar sus pecados en la cruz.
En cada época de Navidad llega otro informe de creyentes indígenas que están disfrutando su primera Navidad.
Cuando la gente dao del Pacífico Asiático respondió al mensaje del Evangelio, quisieron dar gracias a Jesús por venir.
“Si el día en que el cordón umbilical de Jesús fue cortado nunca hubiera llegado, qué diferentes serían las cosas para nosotros los daos hoy día”, les dijo Paatoma a los que se habían reunido para celebrar la Navidad.
“Aún ahora estaríamos viviendo como si no tuviéramos ojos. En efecto seríamos como personas sin cabeza porque seríamos como aquellos que no pueden ver, ni oír, ni creer o aun seguir el buen camino que Jesús nos trajo, el camino que lleva a la vida eterna”.
Muchos daos viajaron dos días para llegar a la aldea donde se iba a celebrar la Navidad y luego celebraron con tres días de banquete y compañerismo. La actividad principal iba a ser oír los testimonios de aquellos que querían honrar el nacimiento de Jesús.
“Banqueteamos con carne de cerdo montés, casuario, canguros pequeños, cuscús y muchas clases de aves tropicales”, informó el misionero Scott Phillips, “algunas de las cuales habían sido matadas muchas semanas antes y luego envueltas en hojas y puestas en el suelo para preservarlas para la gran fiesta. También comimos arroz y variados tipos de hojas del huerto y de la selva, batatas y fruta roja”.
Las tradiciones de los daos para la Navidad ya habían comenzado.
Por primera vez varios creyentes siares de Papúa Nueva Guinea reconocieron el significado del cumpleaños de nuestro Señor. Ellos pudieron alabar y adorar a Dios porque Él es su Salvador. Por causa de esto, varios creyentes decidieron celebrar la ocasión con una comida compartida por todos, seguida por un tiempo de gozosos testimonios. Compartieron acerca de Cristo y lo que Él vino a hacer por ellos.
Después de la cena, varios creyentes siares se reunieron y compusieron una canción de adoración. Luego cantaron alabanzas a Dios como parte de su celebración de la Navidad.
Alaben a Dios con nosotros porque los siares están respondiendo a la guía del Espíritu Santo en sus vidas.
Los creyentes landumas de Guinea celebran el nacimiento de Jesús en una forma diferente. Muchos de ellos fueron totalmente excluidos de sus familias por abandonar la religión tradicional para depositar su fe en Cristo; ellos se consuelan sabiendo que Jesús también fue perseguido. Una de las formas en que se consuelan cuando celebran el nacimiento de su Salvador es cantando canciones acerca de Su persecución y Su rechazo. Ellos conocen la angustia de ser rechazado por los seres más queridos.
La gente siawi usa una bombona de gas vacía como un gong para convocar a toda la aldea. El gong suena temprano en la mañana de Navidad para llamar a la aldea a una reunión.
“La edificación estaba abarrotada, con motivo de una reunión para adorar y meditar en la promesa de Dios de un Salvador”, informó la misionera Linda Krieg. Tres creyentes siawis hablaron al grupo y les recordaron a los creyentes, una y otra vez, que ahora ellos sabían cuál era la verdadera razón para celebrar la Navidad. No era un día para jugar fútbol o para tener una gran cena, sino un tiempo para regocijarse por el regalo de Dios para la humanidad.
A las 10 a.m. del día de Navidad, el grupo se volvió a reunir para celebrar la venida de Cristo. Beiyali, uno de los conferenciantes, leyó Lucas 2:8-14 en las porciones de las Escrituras traducidas al siawi. “En esta tierra, aquellas personas con quienes Dios está habitualmente complacido, a ellas ciertamente el camino de paz ha llegado”, dijo Beiyali. “Ese mensaje del ángel es veraz, ¡y el mensaje ha recorrido todo el camino hasta nosotros aquí en Siawi!”.
Las noticias del nacimiento del Salvador han llegado a varios pueblos indígenas alrededor del mundo y ellos se unen a nosotros en alegres alabanzas.