Rebecca Preheim se despertó el lunes pasado pensando que sería un día como cualquier otro; tenía una lista extensa de cosas por hacer, pero después de todo, aún le quedaban dos semanas y media en la tribu —suficiente tiempo para hacer todo antes de salir a tomar un descanso de Navidad.
Se acercaba un evento muy importante, comenta Rebecca. El proceso de traducir al mengen había sido largo y extenuante, pero le emocionaba pensar que justamente cuatro días después de la Navidad se sentaría con un experto en traducciones de NTM en el centro misionero para hacer la revisión final del libro de Romanos.
Rebecca comparte: “Sabía que después de hacer esto, podríamos imprimirlo y ponerlo en las manos de la gente mengen”.
Debido a la proximidad de estos planes, era importante que primero examinara algunos cambios de última hora con su ayudante de idioma, Kariang. Sólo entonces sentiría que su trabajo de traducción estaba listo para la revisión final que se avecinaba.
Kariang vive a 40 minutos arriba en la montaña. Rebecca informa: “Ella me ha ayudado fielmente durante muchos años, a pesar de ser la única creyente de la aldea —y a pesar de la persecución que sufre de vez en cuando. Normalmente Kariang viene a ayudarme todos los martes y jueves.
“Nunca viene los lunes”, explica Rebecca, “porque los lunes ella va a su huerto a sacar comida para su familia”.
Pero este lunes fue un tanto diferente. Kariang se despertó con un deseo fuerte de ir a la casa de Rebecca para ayudarle.
“A decir verdad, cuando la vi en mi puerta a las 7 a.m., me sorprendí mucho. ¡Yo tenía otros planes para el día!”, admite Rebecca.
Pero al ver atrás, se da cuenta que sus planes eran diferentes de los planes de Dios. Sin saberlo ambas mujeres, los coobreros de Rebecca, Lourens y Marie Laureti, estaban preocupados ese lunes en la mañana por su hijo de cuatro años, Liam. El niño se despertó con una inflamación en su mejilla, la cual crecía con cada hora que pasaba. A las 9 a.m., los Laureti le dijeron a Rebecca que estaban muy preocupados.
“Debido a que no hay pilotos de NTM disponibles en nuestra zona, el arreglo de una evacuación médica habría sido difícil y muy costoso, entonces tomamos la decisión de intentar salir de la tribu a pie al día siguiente”, comenta Rebecca. “A ninguno de nosotros nos emocionaba la idea de caminar cinco horas a través de la selva sobre un terreno muy abrupto. Tendríamos que cruzar un río profundo y torrentoso antes de llegar a una plantación de palmas distante que está al final del camino”, explica Rebecca.
Después de eso, dice ella, tendríamos que hacer un recorrido de seis horas en un camión a través de carreteras y puentes peligrosos antes de llegar al centro misionero de NTM y donde el personal médico.
“Con todo esto en mente”, continúa Rebecca, “Kariang y yo trabajamos supremamente duro, tratando de terminar todos los 16 capítulos de Romanos en un día. En Su gracia, el Señor nos permitió completar el trabajo al caer la noche”.
Rebecca dice que el intenso trabajo de la traducción las dejó “totalmente agotadas”, pero lograron terminar; y en un lunes. Rebecca escribió: “Alaben al Señor con nosotros por la manera en que Él dirige todas las cosas en nuestras vidas para Su gloria”.
Aun en el hecho de enviar a Kariang desde la montaña en un día totalmente inesperado para terminar una labor de traducción crucial a tiempo, Dios demostró Su sabiduría y fidelidad.
Y Dios tenía guardada otra sorpresa más. A la mañana siguiente, los misioneros oyeron que otro avión de la misión tenía planeado estar en su zona ese día. De modo que, en forma muy precipitada y con poco tiempo de aviso, Dios trajo un avión Kodiak nuevo a la remota aldea mengen, y “resultó” que era suficientemente grande para que todos los ocho misioneros viajaran en él.
El avión partió sin ninguna demora, pero a estas alturas la condición del pequeño Liam había empeorado, la inflamación y la infección se habían extendido por toda su cara.
“El Señor sabía cuán difícil habría sido para Liam si hubiéramos tenido que salir de la aldea a pie, así que, afortunadamente Él abrió una manera mucho mejor”, comparte Rebecca.
Resultó que el pequeño Liam tenía un absceso en un diente y le estaba causando todo este padecimiento; fue fácilmente tratado y se está recuperando bien.
Por favor, oren por la revisión que se avecina de la traducción del libro de Romanos al idioma mengen —que dé como resultado una traducción clara y precisa. También pueden orar para que Dios levante más pilotos de NTM que cubran más zonas apartadas donde hay misioneros que los necesitan. Pueden dar gracias a Dios por todas las formas en que Él mostró Su poder.