“El discipulado es un proceso desordenado en la mayoría de las veces. Tropezamos, caemos, nos volvemos a levantar y andamos por periodos de tiempo en el proceso total de crecimiento”, comenta Lisa Kappeler, misionera a la gente uriay.
Ella está enfrentando algunos problemas únicos para impartir el discipulado a los creyentes. Lisa está viviendo en una aldea de los abaus y hace viajes a la aldea de los uriays. Esto significa que su enseñanza y su discipulado son esporádicos —cuando los abaus pueden llevarla a la aldea uriay.
A veces viaja río abajo para trabajar con su ayudante de traducción, Tyob, solamente para descubrir que no está en la aldea. Luego pasa su día visitando a los creyentes, oyendo a los maestros bíblicos y a veces hablando con alguno de los hombres que ha malentendido alguna de las lecciones bíblicas de Fundamentos Firmes.
“En una visita anterior”, informa ella, “escuché a uno de los maestros compartir en el grupo algo que era totalmente erróneo. No logré hablar con él ese día para ver qué estaba pensando realmente, pero decidí charlar con él acerca de esto en la última visita. El plan funcionó muy bien porque él, otro creyente y yo nos pudimos sentar y platicar al respecto. Hablamos y él vio dónde estaba equivocado y pareció captar realmente lo que la Palabra dice sobre el tema”.
Con frecuencia Lisa se queda “varada” en la isla donde vive la gente abau porque las lluvias y el aumento en el nivel del río hacen difícil viajar a la aldea donde viven los uriays. Cuando eso sucede, se ha dado cuenta que debe aceptar lo que Dios tiene para ella y descansar en eso.
Sin embargo, en una visita reciente a la aldea, Lisa fue calurosamente recibida por sus amigos uriays. Imi, una amiga querida que es creyente, la saludó cuando llegó a la vuelta del río y caminó al lado mientras la canoa seguía subiendo hasta un sitio de desembarque.
“Lloré cuando la vi —pensando en todas las veces que compartí su historia con amigos de Estados Unidos, Bahamas y Paraguay— y ahora finalmente volvía a estar con ella”, informó Lisa. “¡Fue chévere!”.
Los creyentes uriays no se estaban reuniendo, pero cuando Lisa los animó, Albert, uno de los hombres de la tribu, prometió que enseñaría hasta que otros vinieran a ayudarle en la tarea.
“Así que la gente ha vuelto a reunirse desde que yo regresé al campo”, informa Lisa. “Incluso los hombres se reunieron el viernes pasado en la noche, después de meses de no hacerlo. Las damas se iban a reunir pero las líderes estaban enfermas, entonces no lo hicieron –pero están planeando hacerlo en esta semana. De modo que es súper-alentador oír –a pesar de que me encuentro a dos horas río abajo, que el hecho de que los visite es suficiente motivación para que ellos se vuelvan a poner en marcha. Ayer tuve una plática estupenda con dos de las damas y fue bueno ver que ellas continúan leyendo, orando y buscando Su presencia; fue un tiempo dulce de comunión con ellas”.
Alaben a Dios con nosotros porque muchos creyentes uriays continúan andando con el Señor. Oren por Lisa ya que ella brega para impartir el discipulado a los creyentes y traducir las Escrituras. Oren para que pueda viajar con más frecuencia a la aldea y pueda demorarse más.