La gente biem está admirada de Dios después de oír la conclusión de las lecciones bíblicas de Fundamentos Firmes.
Los testimonios de los biemes de Papúa Nueva Guinea —quienes escucharon recientemente el mensaje del Evangelio— muestran su total admiración por la bondad de Dios. El hecho de que Él envió un Salvador que murió por ellos prácticamente sobrepasa su imaginación.
“Esta es la enseñanza de Dios”, dijo uno de los bienes, “yo la he oído. Escuchen, es una sola historia, desde el Antiguo Testamento hasta Jesús. No existe otro camino sino Jesús; Dios lo quiso así desde el comienzo”.
“No puedo dejar de pensar en esta enseñanza”, le dijo otro biem al misionero Brandon Buser. “Es en lo que pienso cuando me levanto; ayer me desperté y ése fue el tema de conversación con mi esposa. Fuimos al huerto y estuvimos todo el día platicando de esta enseñanza del Hombre Camino. Luego, de repente nos dimos cuenta que había anochecido y tuvimos que parar. Pero en la mañana reanudamos nuestra conversación sobre el mismo tema; esta enseñanza siempre está en mi mente”.
“Un joven se sentó al lado mío, con una sonrisa de oreja a oreja en su rostro”, informó el misionero Wayne Chen. “No decía nada, entonces le pregunté: ‘¿En qué estás pensando?’”.
“Él dijo: ‘Wayne, ayer tenía una pregunta importante. ¿Por qué Dios el Padre no ayudó a Jesús en la cruz? Pensé en esto toda la noche y no logré entender. Pero después de la lección de hoy, ya no tengo preguntas; ya capté, ya entiendo. Me voy a limitar a sentarme aquí y estar feliz’. Él sonreía…”.
Y un hombre joven de esta tribu tiene un mensaje para los que han orado por ellos. Él dijo: “Yo sé que debo dar gracias a Dios por ustedes los hombres, pero quiero agradecer a todas sus tres familias por traer la enseñanza de Dios aquí”.
“Luego le dijimos que no se trataba solamente de nuestras tres familias”, informó Wayne. “Literalmente hay miles de personas orando por ustedes en todo el mundo para que entiendan la enseñanza de Dios.
“Luego él dijo: ‘Bien, entonces vayan y díganles a todos ellos: Gracias. La enseñanza de Dios ha llegado a nuestra isla. Denles gracias por orar y por enviarlos a ustedes aquí’”.
Alaben a Dios con nosotros por responder nuestras oraciones por la gente biem. Oren para que la gente de esta etnia llegue a conocer más y más de su admirable Salvador. Oren también por los misioneros que están impartiendo el discipulado a estos nuevos creyentes.