Los pilotos misioneros de Papúa Nueva Guinea están luchando con cielos encapotados que impiden aterrizar en muchas zonas del país.
La aviación misionera es esencial cuando se presenta una emergencia médica. Muchas aldeas donde trabajan los misioneros están a kilómetros de cualquier punto de ayuda médica. Recientemente un niño indígena tenía una infección muy grave, posiblemente en el hueso o en la articulación de su pierna, causando una severa inflamación. Los misioneros Dave y Sherri Ogg estaban administrándole antibióticos por vía oral pero se preocuparon porque parecían insuficientes y pidieron que viniera un piloto misionero y lo llevara al hospital más cercano. Afortunadamente, el avión pudo aterrizar y fue transportado con seguridad.
El programa de vuelos también ayuda a que los misioneros continúen trabajando en la traducción y la enseñanza de la Biblia. Un piloto misionero de SIL (Instituto Lingüístico de Verano) que está trabajando temporalmente con la misión, transportó al misionero especialista en tecnología Aaron Laney a una aldea remota para que pudiera ayudar a resolver un problema con unos acumuladores de energía solar; Aaron está supliendo una necesidad muy crítica del campo. Su ministerio consiste en resolver los problemas técnicos que impiden que los misioneros se concentren en sus ministerios de enseñanza y traducción. Oren para que Aaron pueda solucionar rápidamente el problema con los acumuladores a fin de que pueda salir en el próximo vuelo.
Varios misioneros necesitan ser sacados o llevados a la aldea donde ministran pero un piloto misionero no ha podido aterrizar debido al clima inclemente.
Oren por seguridad para los pilotos misioneros que vuelan en condiciones climáticas adversas. Oren también por Aaron mientras trabaja en los problemas técnicos de aldeas apartadas. Alaben a Dios con nosotros porque nos llegaron noticias de que algunos de los misioneros que estaban parados pudieron ser transportados a sus destinos cuando los cielos se aclararon por un breve momento.