19 de julio, 2021
Pero primero, para ponerte al día: Como mencionamos en nuestro último correo electrónico, el proceso de nuestra salida fue bastante complejo y había muchas expectativas culturales; afortunadamente pudimos cumplir la mayoría de ellas antes de nuestra salida programada para finales de junio.
Una de las cosas que terminamos haciendo fue comprar recipientes plásticos, los llenamos con donas y colocamos una foto de nuestra familia con una nota de ‘disculpa’ de despedida (una declaración cortés y culturalmente apropiada para limpiar nuestros nombres de cualquier ofensa que, sin saberlo, hubiéramos causado durante el tiempo que vivimos allí); parece que la gente realmente apreció el gesto. También empacamos las cosas de nuestra casa y preparamos todas nuestras pertenencias para enviarlas en un contenedor hasta nuestro siguiente destino (si el Señor lo permite, en el otoño; cuando nuestros amigos se muden allí). Todo nuestro papeleo también se ha completado —estamos muy agradecidos por la ayuda del Señor y de nuestros compañeros de trabajo con eso; gracias por sus oraciones con respecto a esas cosas.
Ahora la historia que no olvidaremos pronto… Vamos a condensarla en gran medida, pero si quieren escuchar una versión más detallada pueden mirar el video que se encuentra en la parte de abajo.
En nuestra fecha original de salida, Allegra y yo recibimos resultados positivos de nuestra prueba de Covid dos horas antes de que tuviéramos que salir hacia el aeropuerto —resultado: el viaje tuvo que ser cancelado e inmediatamente iniciamos una auto-cuarentena de diez días en nuestra casa vacía/desocupada. Como pueden imaginar, ¡para nuestra extrovertida hija pequeña esto fue muy difícil de cumplir y comprender! Mi esposa y yo nos sentimos bastante enfermos, pero para ella fue peor.
Durante ese tiempo el departamento de salud local nos informó que las normas habían cambiado y que en realidad teníamos que estar en cuarentena durante catorce días. Eso significaba que íbamos a perder el plazo de siete meses para viajar en estado de embarazo (a pesar de que no sería imposible viajar después de eso, sería mucho más complicado y requeriría papeleo adicional). También perderíamos nuestra primera cita con el obstetra en Estados Unidos, entonces pedimos que hicieran una excepción y nos permitieran viajar después de doce días, y al final lo permitieron. Honestamente, durante esos días Dios hizo muchas cosas aparentemente imposibles.
Para acortar la historia, después que terminamos la cuarentena, Moriah tuvo que ser sometida a otra prueba porque su prueba original no funcionó y nunca obtuvimos los resultados. Estábamos muy nerviosos de que su prueba resultara positiva porque había tenido algunas fiebres leves en los días previos. Pero alabado sea el Señor, ¡salió negativa! También pudimos conseguir una nueva nota médica para el embarazo de Allegra, junto con una carta del departamento de salud, las cuales necesitábamos para poder viajar. Todo se solucionó muy rápido el día antes de que intentáramos volver a salir. Antes de cada uno de estos problemas, no teníamos ningún control de la situación y no estábamos seguros de cómo Dios los resolvería. Pero entonces Él milagrosamente arregló todo para que nuevamente intentáramos viajar.
Pudimos abordar un vuelo doméstico hasta la capital sin demasiados problemas, así que pensamos que se habían acabado los problemas y nos sentimos muy emocionados. Pero ahí es donde realmente comenzaron los problemas, cuando tratamos de registrarnos en nuestro vuelo internacional durante nuestra escala de siete horas.
Después de varias horas de debate, la aerolínea nos rechazó porque la nota de nuestro doctor no estaba en inglés (a pesar de que las normas decían específicamente que no era necesario que estuviera en inglés). El supervisor simplemente decidió que debía estar en inglés, entonces tuvimos que buscar un hotel para pasar la noche y perdimos el vuelo. Al día siguiente pudimos conseguir otra nota (¡esta vez en inglés!) y tratamos de volar con otras dos aerolíneas pero fuimos rechazados en ambas ocasiones. Una vez porque nuestras pruebas positivas eran “demasiado recientes” y la otra porque no teníamos el tipo de pruebas correcto. Fue desalentador y frustrante porque, según los propios sitios web de las aerolíneas, teníamos lo que necesitábamos.
Luego tuvimos una oportunidad más antes de que entrara en vigor una nueva ley que nos obligaba a vacunarnos para poder volar (no teníamos acceso a las vacunas y Allegra no podía ser vacunada durante el embarazo). La última oportunidad fue con la misma aerolínea de la noche anterior, la que quería que la nota del médico estuviera en inglés. ¡Tras varias horas más de idas y venidas con jefes de diferentes niveles, su oficina principal nos permitió abordar! Éramos las últimas personas en el aeropuerto, las últimas en pasar por seguridad, y las últimas en abordar el avión a la 1:30 a.m. ¡Uy! Qué alivio subir a ese avión después de tanto estrés y después de dos semanas intentando salir del país.
De todos modos ya estamos en casa y nos sentimos como en el paraíso. Abuelos, niñeras, prados abiertos y campos tranquilos, comida deliciosa, familia y amigos son algunas de las cosas que estamos disfrutando.
¡Muchas gracias por orar por nosotros! Quisiéramos ver a muchos de ustedes pero desafortunadamente no podremos ver a muchos en este viaje debido a la brevedad de nuestro tiempo y al bebé en camino.
Si eres lo suficientemente valiente como para ver esta versión más detallada de nuestra historia (¡35 minutos!), ¡pulsa en la foto!
Todavía ocurren milagros; como cuando Dios dividió el mar Rojo para que los israelitas lo cruzaran; o cuando detuvo el sol en el cielo durante veinticuatro horas por Josué; o tal vez guardando la vida de Pablo en tres naufragios. Nosotros sentimos que fuimos librados de algunas situaciones imposibles: un país que se cerraba debido a una nueva cepa del virus; el resultado negativo de la prueba de Moriah; el plazo que se vencía para viajar por embarazo; un bebé en camino; las nuevas normas de viaje que estaban a punto de entrar en vigor, y sin embargo todo se solucionó a última hora para que subiéramos a un avión y viniéramos a casa.
Dios todavía habría sido bueno sin importar qué hubiera sucedido. Incluso si todavía estuviéramos atrapados en esa capital. En ese momento ni siquiera podíamos salir de la ciudad, y debido a los confinamientos habríamos tenido que conseguir un permiso especial para regresar al lugar de donde habíamos venido. ¡Lo alabamos a Él por su bondad para con nosotros! Él es digno sin importar el costo.
Él es el objeto de tu alabanza, y él es tu Dios, que ha hecho contigo estas cosas grandes y terribles que tus ojos han visto.
– Deuteronomio 10:21
Alabanzas
- ¡Llegamos a casa!
- Logramos llegar a nuestra primera cita con el obstetra.
- Todos estamos sanos.
- Nos estamos adaptando bien al cambio de horario.
Oración
- Para que la niña llegue a tiempo y sea un parto bueno.
- Para que el descanso y el tiempo con la familia sean de calidad.
- Por tiempo y energía para estudiar el idioma desde casa.
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