Octubre 16, 2018
LOS PUEBLOS INDÍGENAS DENTRO DE CANADÁ HAN SIDO SUJETOS A ABUSOS HORRIBLES —a menudo a manos de hombres y mujeres asociados con “la iglesia”. Los niños eran sacados de sus hogares y comunidades, a menudo sin el conocimiento ni el consentimiento de sus padres, y colocados en escuelas residenciales. Hoy en día, las tasas de suicidio de los jóvenes inuit se encuentran entre las más altas del mundo, once veces el promedio nacional (www.suicideinfo.ca).
El abuso de las sustancias sicoactivas y el alcohol, junto con la dependencia resultante, es rampante. Los resultados del abuso pasado han hecho que la plantación de iglesias saludables entre los pueblos indígenas de Canadá sea un ministerio increíblemente difícil. A principios de este año, mientras visitábamos varias comunidades en el norte de Ontario, no necesité mucho tiempo para darme cuenta de que la plantación de iglesias saludables entre estas personas preciosas va a requerir un tipo especial de familia, y eso va a tardar un tiempo.
Los pueblos indígenas han sido profundamente heridos. En lugar de recibir el Evangelio con los brazos abiertos, muchas comunidades indígenas son a menudo cautelosas, reservadas y aprensivas. Han levantado barreras para mantener alejadas a las personas que no pertenecen a la comunidad, al igual que mantienen fuera el frío del invierno.
Es en este panorama increíblemente complejo y desafiante que Dios está abriendo puertas para el servicio de Ethnos Canadá. Dios no solo está abriendo puertas, sino que está levantando creyentes dispuestos a dedicar el tiempo que sea necesario para involucrar con el Evangelio a las Primeras Naciones y a los inuits en Canadá.
Reconocemos que no hay una solución rápida para superar estos desafíos.
Un tipo de familia [no tan] especial
Me rompe el corazón cada vez que escucho cómo se desmantelaban las comunidades —cómo dividían a las familias.
En este complejo y desafiante contexto ministerial, Dios está llamando hombres y mujeres. Donde una vez los indígenas fueron sacados de sus comunidades, me emociona ver familias cristianas dispuestas a trasladarse a estas comunidades para vivir con la gente.
Dios está levantando familias para un momento como este; familias que han aprendido a ser dependientes de Él; que están dispuestas a considerar el costo; que saben lo que significa perseverar. El tipo de familias que no solo sobrevivirán sino que prosperarán en el norte de Canadá, familias altamente relacionales y con un corazón humilde y servicial. Ellos podrán entrar en el contexto del ministerio como aprendices, descubriendo lo que significa ser un nativo y cómo ven ellos el mundo. Solamente después de invertir años en el fomento de amistades se ganará la confianza y la gente se abrirá —al mensajero y al mensaje.
Una familia que ejemplifica estas características son Jordan y Jessica Martin; nacidos en familias que no asistían a la iglesia, fueron criados en Massachusetts. Sin tener ejemplos piadosos, comenzaron a vivir juntos cuando tenían dieciocho años; fue entonces que la tía y el tío de Jordan invirtieron en sus vidas, y ellos reconocieron su necesidad de Cristo.
Con su nueva fe desarrollándose, se casaron e instantáneamente se involucraron en una iglesia local.
Durante los siguientes años, Jordan trabajó como carpintero y Jessica fue ama de casa para su creciente familia. Como constructor, Jordan tuvo la oportunidad de trabajar con muchos obreros inmigrantes y un hombre en particular tenía un deseo de aprender sobre el Señor.
Cuando Jordan comenzó a enseñarle el discipulado, Jordan se dio cuenta rápidamente que él mismo no estaba suficientemente cimentado en la Palabra de Dios. Durante ese tiempo, una pareja misionera vino y habló en su iglesia y les habló sobre el Instituto Bíblico de Ethnos360 y el programa de capacitación misionera que podría ayudarlos a ser establecidos en la Palabra de Dios y a enseñarla con eficacia.
Cuando Jordan y Jessica aprendieron sobre las misiones transculturales, Dios puso en ellos un sentido de urgencia; vendieron sus pertenencias, se despidieron de los parientes y amigos y se mudaron al campus del Instituto Bíblico de Ethnos360 en Wisconsin.
Después de pasar dos años en la escuela bíblica, se trasladaron a Ontario para asistir a Emanate, el programa de capacitación misionera de Ethnos Canadá. Fue durante ese tiempo que se enteraron de las necesidades en el norte de Canadá. Con un pasado que incluía hogares rotos, un historial de abuso de drogas y alcohol, y la pérdida de muchos amigos e incluso algunos parientes por las drogas, Jordan y Jessica sintieron como si el Señor hubiera estado preparándolos exactamente para este ministerio.
Ellos se sorprenden cuando miran hacia atrás a todo lo que Dios ha hecho en sus vidas. Las misiones son el último lugar en el que se hubieran visto a sí mismos, sin embargo, con la fuerza del Señor, se van a graduar de Emanate en diciembre, están buscando apoyo y se están preparando para reubicar a su familia en una comunidad que necesita con urgencia al Señor.
Aunque en muchos sentidos Jordan y Jessica no tienen nada de especial, hay algo extraordinario en ellos —están dispuestos a ser usados por Dios.
El hecho de que Dios vive en y a través de ellos es lo que los hace siervos útiles en Su obra entre los pueblos indígenas de Canadá.
Jordan y Jessica tienen corazones enseñables; esto quedó demostrado cuando Dios los llevó de perseguir el sueño americano a la universidad bíblica, y de la universidad bíblica a una capacitación misionera especializada con Ethnos Canadá.
Dios usará sus corazones humildes y enseñables —su actitud de aprendices— para desarrollar amistades profundas y significativas con los que deseen llegar a tener una fe salvadora en Jesucristo.
Sí, la aceptación en una comunidad tomará tiempo, probablemente años —pero valdrá la pena.
Un tipo especial de resultado
Deseamos ver que pueblos que históricamente estuvieron aislados de Dios lleguen a un conocimiento de su Creador; queremos ver que la religión del esfuerzo humano sea reemplazada por una relación centrada en Dios; queremos ver que la confusión sea reemplazada por una clara comprensión de la verdad.
Donde las personas una vez lucharon con la dependencia de las drogas y el alcohol, anhelamos que llegue el día en que sepan lo que significa ser dependientes del Señor. El deseo de nuestro corazón es ver a los pueblos indígenas de Canadá liberados “de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo” (Colosenses 1:13). A través de una estrategia de ministerio personificado y a largo plazo, Ethnos Canadá desea ver nuevos creyentes que se desarrollen y maduren.
Solo entonces podrán ellos, con la misma actitud de humildad que les fue mostrada a ellos, enseñar también a otros (2 Timoteo 2:2).
Nuestro deseo es ver iglesias saludables en todas las comunidades indígenas de Canadá que no solo acepten a Dios con los brazos abiertos, que no solo hagan discípulos en sus propias comunidades, sino que lleven la verdad de la Palabra de Dios a las comunidades vecinas, y en última instancia, a todo el mundo.
En Cristo, Ken Dewar
Director Coordinador
FirstStory Ministries
kendewar@ethnos.ca
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