31 de enero, 2019
# 6 Prestar cosas
Imagina que eres la persona más rica de tu pueblo; no te sientes rico, pero lo eres. Dispones de cosas que tus vecinos solo las pueden tener en sus sueños: ibuprofeno, martillos (¡más de uno!), una carretilla, cinta adhesiva, cortaúñas y otras delicias.
Además, si los tiempos son difíciles y la comida es escasa y el dinero aún más escaso, se puede contar con harina de maíz, frijoles, y dinero.
Nuestro equipo pasa mucho tiempo prestando cosas a nuestros amigos nahuatlenses; esto significa un viaje hasta la puerta para ver qué necesita la persona y más tarde un viaje afuera (si somos afortunados) para recibir de vuelta el artículo prestado. Si no somos tan afortunados, esto significa que tendremos que hacer un viaje hasta la casa del prestatario para traer de vuelta nuestro artículo prestado y así poder usarlo.
En esta cultura no siempre es una muestra de buena cortesía ir al grano. Por lo cual, prestar un martillo puede significar una visita de veinte minutos, mientras el visitante charla con el fin de ganarse la buena voluntad y solicitar el artículo que necesita pedir prestado.
Todos estos préstamos consumen mucho tiempo. Y faltaría a la verdad si dijera que esto no se vuelve molesto cuando se repite varias veces. Algunos días, cuando un prestatario interrumpe mi trabajo por decimoctava vez, de verdad se vuelve muy molesto.
Pero prestar cosas es una excelente manera de mostrar el amor de Dios. Esto demuestra que somos parte de una comunidad de interdependencia; muestra que vemos las cosas que poseemos como de Dios, capaces de beneficiar a todo un pueblo.
Lee más sobre los viajes de nuestro equipo “hasta la cerca” en este antiguo informe.
[…] El préstamo es una parte importante de la cultura nahuatlense… en ambos sentidos: ¡prestar a otras personas y tomar prestado de ellas! Mi compañera de trabajo Katie amplía algo que apenas estoy empezando a percibir aquí: [Informe de Katie: Prestar cosas] […]