10 de enero, 2019
Esta mañana me paré en frente de mi despensa para hacer un inventario mental de las existencias. Noté que había frijoles negros, nueces, tomates enlatados, pastas sin gluten, chips de chocolate no lácteos…… En general, la despensa tenía comida saludable. Luego noté el cereal de colores brillantes Fruit Loops; tuve que sonreír cuando vi la caja. Un día, durante las vacaciones de Navidad, cuando Luke estaba en casa después de la universidad, nuestra familia fue a la tienda de víveres al por mayor de BJ. Mientras yo estaba en el pasillo de las pastas, Luke y Josiah se acercaron al carrito con grandes sonrisas en sus rostros, y Luke tenía algo detrás en su espalda. Cuando llegaron al carrito, Luke mostró la caja y Josiah preguntó: “Mamá, ¿podemos llevar Fruit Loops, ambos tenemos muchas ganas de comerlos?” Ellos sabían que se necesitaría de un esfuerzo estratégico de equipo para que yo dijera “Sí” a los Fruit Loops.
Por supuesto, yo dije: “Sí”. Mis hijos pidieron, y en realidad ellos casi nunca piden golosinas.
Cuando recuerdo esta escena, sonrío. Los Fruit Loops también me hicieron pensar en las muchas cosas que necesitamos, que este mundo necesita. La Palabra de Dios dice: “…No tenéis lo que deseáis, porque no pedís”. Hay más de tres mil millones de personas que no tienen la esperanza de escuchar el Evangelio de Jesús, a menos que alguien vaya a ellos. Menos de un centavo de los recursos cristianos se destina para alcanzar a los no alcanzados; estos son hechos que dan qué pensar. ¿Te unirías a mí para pedirle a Dios que envíe a sus hijos a los pueblos no alcanzados? ¿Te unirías a mí para pedirle a Dios que ponga en el corazón de su pueblo el dar? ¿Le preguntarás a Dios cómo quiere él que te involucres en alcanzar a los no alcanzados?
Deja un comentario