11 de octubre, 2018
Desde que nuestro programa de vuelos en Palawán se clausuró en el año 2014, Dios nos ha hecho crecer y extender de maneras inesperadas. Al igual que el profeta Isaías, antes de que viniéramos a Filipinas, le dijimos al Señor: “Henos aquí, envíanos”; ignorábamos a dónde nos llevaría ese compromiso. Al mismo tiempo que el programa de vuelos de Palawán se estaba cerrando, estábamos comenzando una transición masiva en Filipinas de usar aviones de ala fija Cessna 185 a usar helicópteros Robinson. A pesar de lo triste que fue ver que nuestro papel de “piloto misionero selvático” llegaba a su fin, pronto nos dimos cuenta de que el Señor nos estaba liberando para manejar la logística complicada que se requería para este proyecto. Algunas de las tareas que hemos desarrollado durante los cuatro años han sido:
- Viajes de reconocimiento y evaluaciones de grupos étnicos para determinar estrategias y necesidades de la plantación de iglesias.
- Revisión y adaptación de un helicóptero Robinson para usarlo en Filipinas.
- Papeleo de exportación, desmontaje y embalaje de un helicóptero Robinson y un avión Cessna 185 para enviarlos de vuelta a Estados Unidos.
- Papeleo de importación, registro, proceso de aeronavegabilidad y montaje de dos helicópteros Robinson para el trabajo en Filipinas.
- Liquidación y envío de nuestro taller y nuestro equipo de hangar desde Palawán hasta nuestras nuevas instalaciones en Mindanao.
- Localizar y tomar en arriendo un terreno, y construir un nuevo hangar para helicópteros y un centro de vuelos en Mindanao.
- Servir como comprador de suministros para los equipos de plantación de iglesias en Mindanao.
- Servir como coordinador regional de seguridad para nuestra misión.
Siempre supusimos que una vez que termináramos con la logística del cambio de aviones de ala fija a helicópteros, que Josh completaría los requisitos del entrenamiento para operar helicópteros en Filipinas, y que continuaríamos con el ministerio que nos trajo a Filipinas hace nueve años y medio. Sin embargo, después de hablar y orar con nuestro equipo de liderazgo durante los últimos meses, se ha hecho evidente que el Señor nos ha dado otros dones que son necesarios en el campo misionero.
Entonces… redoble de tambores… nuestro nuevo ministerio es… dos funciones:
- Director de Mantenimiento de Ethnos360 Aviation en Filipinas para las operaciones de nuestro helicóptero; y 2. Miembro del equipo de liderazgo de Ethnos360 en Filipinas, para ayudar a proporcionar estrategia y visión para el campo, y sobre todo, trabajar con los nuevos misioneros que llegan al campo. Nuestra escuela de idiomas de la misión se va a trasladar al pueblo donde vivimos, por lo tanto, todos los misioneros nuevos que lleguen a Filipinas estudiarán el idioma y la cultura en nuestro pueblo. Esperamos animarlos y ayudarlos en cualquier forma que podamos mientras se adaptan a la cultura filipina.
Nuestro tiempo en Filipinas ha sido muy diferente de lo que habíamos imaginado, y nunca pensamos que haríamos otra cosa que servir a nuestros misioneros transportándolos en avión; pero Dios tenía un plan diferente. Darnos cuenta de que ya no vamos a pilotar más ha sido difícil; muchas lágrimas han sido derramadas; pero sabemos, sin ninguna duda, que nuestro Dios es bueno y sabe lo que es mejor para nosotros, y que hay gozo en seguirlo, aunque eso signifique dejar atrás las cosas que amamos.
Estamos expectantes por ver cómo nos usará el Señor para expandir su reino a través de estas nuevas funciones, y vemos estas nuevas funciones como muy apropiadas para nuestra familia.
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